Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / La Seu d'Urgell
Bea Jorge, madre de Anna Palma, minutos antes del inicio de la final de la Lliga Catalana. Al fondo, su hija e Irati Etxarri. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
La entrevista se pacta por mensajes privados de Twitter. O quizás no del todo. —¡Hola Anna! ¿Qué tal? ¿Sabes si tu madre irá a la final de la Lliga Catalana?—Hola. Eh... En principio, sí.—Le quiero hacer una entrevista en el Palau. ¿Cómo lo ves?—Eh... Pues no lo sé. Le preguntaré hoy, a ver qué dice.—¡Merci, Anna! ¡Ya me dirás algo!Pasan cinco días y Anna Palma (la Seu d'Urgell, Lleida, 2000) no da señales de vida. El viernes tampoco contesta a la pregunta sobre qué le ha comentado su madre.
Este domingo, media hora antes de la final de la Lliga Catalana ante el Uni Girona (victoria visitante por 46-66), Bea Jorge llega al Palau. Lo hace justo cuando le acabo de preguntar a Climent Viles, jefe de prensa del Cadí la Seu, si ha venido y quién es la madre de Anna Palma.—"Una imagen vale más que mil palabras. Meter tu primera canasta en casa y que haya una reacción como ésta. La de fondo, mi madre, una hooligan", escribió en enero tu hija. Bea, ¿tanto te dejas ir?¡Sí! [Risas]. Y eso que me contengo porque la Seu d'Urgell es mi pueblo.—¿Cómo animas a Anna Palma?A ella no le gusta que grite... Le da mucha vergüenza... [Nos reímos, igual que Irati Etxarri y Yurena Díaz, que saludan a Bea Jorge desde la pista. Anna Palma nos mira con recelo]. Intento reprimirme, aunque sí que la animo. Le digo que defienda, que tire... Que juegue bien sus minutos. Mírala... Mírala... Qué miedo tiene... [Risas]. ¡Se lo dije! ¡Toni me encontrará! ¡Y me encontraste! [Risas]. ¡Se troncha de risa...! —Andrea Vilaró le arropó y le exigió mucho la temporada pasada. Parece que, a veces, a tu hija le haga falta que la empujen un poco.Tal cual. Necesita encontrar el punto de equilibrio entre ayudar al equipo y ayudarse a sí misma.—¿Le da muchas vueltas a la cabeza?Un poco.—Tú no tienes pinta de ser así.Ah... Soy mucho más mayor que ella y ya no juego...—¿Con su edad te pasaba lo mismo?No, no tanto.—¿Qué le sueles decir a Anna Palma para que fluya más?Que salga a la pista con ganas de divertirse y sin preocupaciones. Si lo hace, jugará muy bien. Competir en tu casa es una presión extra porque todo el mundo espera que lo hagas muy bien. —¿Cómo viviste su estreno en el Palau con el primer equipo?Hombre... Te diría que yo estaba hasta más nerviosa que ella. Sus primeros puntos fueron muy emocionantes. La grada empuja a Anna Palma. No sé cómo acabará esto... [Hace una pausa]. Me matará... Lo sabes, ¿no?—Lo sé, lo sé... Cuando vi que no me contestaba y le pregunté otra vez y nada...[Risas]. Se lo dije ayer: "Coméntale algo a Toni, ya que me localizará igualmente".
Con los colores de su club de siempre, el Cadí La Seu. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Cómo cambió tu hija con su paso por el Segle XXI?Es lo mejor que le ha pasado en la vida. Los pocos fines de semana que podía venir a la Seu d'Urgell la veías súper ordenada, levantándose pronto, muy disciplinada con la comida... El cambio fue bestial. —El Segle XXI favorece no sólo las relaciones humanas y parece una oda a la amistad.Es así. Es un proyecto que tendría que durar siempre. Luchan por minutos, como en cualquier equipo, pero el compañerismo es infinito. Vayan donde vayan, tienen amigas. No pierden la relación. Si no hubiésemos aceptado la propuesta del Segle XXI, nos habríamos equivocado mucho. Anna era muy pequeña. Se fue un año antes... Bueno, fue decisión suya y es la mejor que ha tomado. Yo no le dije ni que sí ni que no.—¿Una experiencia así te hace ser más generoso contigo y con el resto?¡Sí! Cuando venía al Palau, todo el mundo la saludaba: "Ostia, ¡la chica del Segle XXI!". Es muy gracioso... ¿Sabes? Anna siempre había sido 'la hija de Bea' y ahora yo soy 'la madre de la Palma'... [Risas]. ¡Cómo ha cambiado la situación!—¿Tú también jugaste en el Cadí La Seu?Sí, aunque lo dejé muy pronto por maternidad. Di a luz a mi hijo Cristian, que tiene 26 años. Yo jugaba de ala-pívot aquí, en el club de mi vida. Cuando lo dejé, el primer equipo luchaba por ascender a Liga Femenina. —¿Cómo estás viviendo el crecimiento del club y de la grada? Te voy a ser muy sincera... Hacía muchos años que no venía al Palau porque mis padres tienen un restaurante y siempre estoy trabajando allí. Cuando Anna volvió al Cadí La Seu, tuve claro que el restaurante sería un segundo plato cuando mi hija tuviese partido. [Risas].—Es comprensible.Mi hijo también jugaba y lo ha dejado este año. La pasada temporada no me perdí ningún partido. ¡El Palau se llena! En mi época eso no pasaba, ni mucho menos. Incluso acude gente que no había aparecido nunca por el Palau.—¿Y qué motivos te dan?Los éxitos del equipo, semifinalista de Liga Día y de la Copa de la Reina y que esta temporada debutará en la Eurocup. Hay quien viene porque conoce a la Palma y le hace gracia verla jugar. Pero acuden para apoyar al equipo. —¿A 20 minutos del inicio de la final de la Lliga Catalana qué está pensando la madre de Anna Palma?¡Ya estoy histérica! [Me río]. Por si juega, por si lo hace bien... Pero, claro, no se lo puedo decir... Esta mañana únicamente le he preguntado si estaba tranquila. "Sí" me ha respondió. ¡Genial!—Sufrir en silencio es lo peor que hay en la vida...¡Sí! Aunque como no se lo puedo decir... Pues nada...—Bueno... Ahora ya lo sabrá...No. No lo pongas...—Déjame, así te valorará más...De acuerdo. Me has convencido.—¿Bajarás a la pista si el Cadí La Seu gana la Lliga Catalana?¡Sí, hombre! [Se ríe]. ¡Anna se moriría de vergüenza! Ella siempre sube a la grada al final del partido.