Beasts of No Nation
Año:
2015
Fecha de estreno:
20 de Octubre de 2015
Duración:
137 min
País:
Estados Unidos
Director:
Cary Joji Fukunaga
Reparto:
Abraham Attah, Idris Elba, Richard Pepple, Opeyemi Fagbohungbe, Ama K. Abebrese, Grace Nortey, David Dontoh
El servicio de streamming más importante del planeta, Netflix, da un paso más hacia la conquista del reino audiovisual. Si ya con sus series se había colocado en el mapa y a nivel de producción se la equiparaba a una nueva HBO, el momento temido en que la plataforma empezaría a producir películas, conjuntamente con la polémica de cómo y dónde se estrenarían, finalmente llegó y Beasts of No Nation es un hito fundamental. La película a cargo de Cary Joji Fukunaga, con un peso pesado en el elenco como Idris Elba, venía decidida a romper records y alzar premios y, si bien esto lo ha hecho con creces, la cinta no deja de ser una decepcionante entrada de Netflix en el terreno, una entrada que no ha sabido aportar frescura a la amalgama de aparatosos proyectos que año tras año se lanzan a la carrera del Oscar.
La historia de Agu tiene mucho de telefilm de sobremesa: su existencia es idílica; es un niño normal y feliz abrigado por una familia ejemplar que se dedica a ayudar a los refugiados por la guerra cediendo tierras sobrantes de su propiedad para que puedan subsistir. Todo se precipitará al abismo cuando le toque a su aldea ser asaltada por el Ejército en sus operaciones de rapiña y deba huir a la selva, donde será salvado por el ‘Comandante’ (Idris Elba), terrible y paternalista líder de una guerrilla formada por niños, que lo convertirá en un soldado y lo sumergirá en un mar de sangre y resentimiento que acabará con su inocencia para siempre. Sí, el libro en que se basa esta película no podía ser más correcto, como si un encargo de la ONU se tratara, y cuanto más intenta su mirada ser cercana e íntima, más lejana y extranjera nos parece. La novela de Uzodinma Iweala no deja de ser otro best-seller vendedor de miserias y la película de Fukunaga queda necesariamente atrapada en esa estética de la lástima, la lástima como limosna occidental de una situación en la cual no queremos admitir responsabilidades. La historia de Agu, decía, tiene mucho de telefilm pero afortunadamente, y sin dejar de ser una película decepcionante, Beasts of No Nation encuentra en el trabajo del celebrado director de True Detective, una pequeña cuota de diferencia.La primera película de Netflix sufre el mal endémico que tienen las producciones hollywoodenses ‘importantes’: la corrección política, la caza descarada del premio, la búsqueda del impacto y el regodeo en la violencia (deja vu con ‘12 Años de Esclavitud’). Todo eso conspira contra la cinta de Fukunaga, aunque una crítica en extremo aplaudidora la ensalce y la película cuente con todo lo que el buen consumidor de ‘cine de oscars’ puede pedir. Su principal baza es la belleza visual que Fukunaga le imprime a la película, una característica que sólo puede disfrutarse al 100% en una pantalla de cine; y lamentablemente difícilmente lo haremos, gracias al bochornoso boicot que las cadenas (que al parecer tienen el derecho de decir lo que se puede ver o no en cines) le han hecho a Netflix y a sus futuras producciones. Un hecho lamentable que seguramente traerá cola en los próximos años.5/10