Sara Dillon llega a Nueva York huyendo de una relación infeliz. Joven, lista y guapa, su única regla es no establecer lazos con nada y con nadie así que, cuando conoce a Max, un misterioso playboy inglés tremendamente atractivo, no duda en dejarse llevar por la pasión. Pero lo que tenía que ser un lío de una noche se convierte en una relación rebosante de adrenalina, sexo salvaje… y amor. Mientras Max empieza a pensar que ha encontrado a su media naranja, Sara siente pánico ante la idea de enamorarse. ¿Será verdad las personas pueden cambiar y que Max está dispuesto a llegar hasta el final? ¿Y ella? ¿Está dispuesta a perder su recién ganada libertad?
Y Max se descubrirá a Sara una mujer guapa e inteligente llena de contradicciones que no harán más que despertar su deseo de conocerla mejor, hasta el punto de que aceptarla las condiciones que ella le imponga para hacerlo.
"-¿Lees textos eróticos, Sara?
Al ver que se reía de mi reacción, supe que mis ojos debían de estar a punto de salirse de las cuencas. No era una mojigata, y no estaba cerrada a la idea del erotismo; sencillamente, nunca me había dado por leerlo.
-No mucho.
-¿No mucho? ¿O nunca?
-He leído algunas novelas románticas...
Empezó a negar con la cabeza"
Por otro lado Sara será un misterio durante gran parte de la novela, podremos intuir quién es, pero no lo conoceremos todo sobre ella hasta que se lo cuente a Max.
En el tema erótico también hay una continuación, igual de explosivo e imaginativo (los lugares más comunes están descartados) y las frases son muy ingeniosas y picantes, en consonancia con las escenas.
Resumiendo, Beatiful Stranger es una novela entretenida, ágil de leer, con momentos muy sexis, y un personaje masculino que me ha encandilado desde la primera frase.