Beatriz Montáñes salió a defender acaloradamente la crínica que el Sr. Osborne hizo sobre Pablo Iglesias y su chiringuito político, digo esto porque le falta aún infraestructura para ser un verdadero partido pese al millón doscientos mil votantes de las pasadas elecciones europeas. Se conoce que la popular periodista comulga con el ideario progresista del líder espiritual que encabeza la formación, ella que, precisamente, no fue elegida para su trabajo por la belleza que le otorgó la madre naturaleza, sino por sus cualidades intelectuales o su dilatada experiencia en los medios. Después, los emolumentos percibidos por la televisita presentadora, distan bastante de la mesura con que los votantes del progresismo militante ven retribuida su actividad laboral, mientras “Pablemos” agradece en una red social los denodados esfuerzos de la muchacha por defender su partido. Lo malo es que el andaluz no se anduvo por las ramas, conoce Venezuela, dejó en evidencia a la joven aspirante a comunicadora senior y dijo una verdad como un puño: El pueblo venezolano vive en la miseria y en ausencia de democracia, como en Cuba, repúblicas que, por otra parte, son muy admiradas por el líder espiritual de la política asamblearia y participativa. Y es lo que hay, como se dice ahora, no conozco estadounidenses, cuna del capitalismo y la barbarie de los mercados, que quieran emigrar a Cuba, y sin embargo miles de cubanos, paraíso de la democracia y de la libertad, desean ardientemente sufrir en sus carnes la polícita retrógrada que lidera el señor Obama. Cousas da vida.