Puede que a más de uno le cueste creerlo, pero cada vez son más los estudios científicos que observan como los niños que fueron alimentados con leche materna consiguen una media de coeficiente intelectual más elevado y mejores resultados en la escuela.
Asociar lactancia a bebés más inteligentes puede parecer un señuelo para incentivar la lactancia, sin embargo el método científico y sus resultados no dan lugar a engaño, ahora lo interesante es averiguar por qué sucede esto, porque la decisión de si usted quiere o no dar el pecho a su hijo es responsabilidad suya.
Hasta ahora nos preguntamos si estas diferencias se deben a ingredientes de la propia leche materna, al vínculo afectivo y la seguridad que transmite la madre, o a algún otro factor desconocido o ignorado, pero un nuevo estudio titulado “Breastfeeding, Parenting, and Early Cognitive Development” parece que ha dado con la clave.
Sociólogos de la Universidad Brigham Young han observado que responder a las señales emocionales del bebé y la lectura diaria desde los nueve meses, algo que suelen hacer las mamás que amamantan, da lugar a un impulso cognitivo.
Sería por tanto la forma de criar a los niños, más que el mero hecho de darle el pecho, la que contribuiría de forma notable; pero como es natural el simple hecho de estar cerca del bebé tantas horas durante la lactancia hace que sea más fácil estar pendiente de sus emociones y la que nos impulse a entretenerlo con canciones y lecturas.
Los resultados obtenidos en este estudio indican que esta sensibilidad a las señales emocionales y dedicar tiempo de lectura a los bebés podría impulsar el desarrollo de sus cerebros hasta dos y tres meses con tan solo cuatro años, algo que a estas edades marca diferencias.
Lo interesante además según estos resultados es que estas “tareas” las pueden compartir con los papás y de este modo ambos pueden contribuir a mejorar el desarrollo de su bebé, dandole cariño y seguridad para afrontar con éxito la nueva etapa escolar.