Mi hijo pequeño, Pol que ahora tiene ya 3 años, fué un bebé prematuro. No un gran prematuro pero sí un bebé prematuro que necesitó cuidados especiales; nació con 34 semanas de gestación y apenas 2 kg de peso.
Muchos ya sabéis que fui y soy una mamá de un bebé prematuro que permaneció solo 15 días en la incubadora, alejado de mi, de mis brazos, de mi cariño y de todo el amor que necesitaba. Lógicamente su vida estaba por encima de cualquier otra cosa , pero yo no pude tocarlo hasta más de 24 horas después de nacer y pasaron casi 48 antes de poder cogerlo. Según la enfermera, se descompensaba cuando le cogían ... No hay palabras para describir la sensación de vacío, tristeza y necesidad que sentí y todavía arrastro cuando hablo o escribo sobre ello.
Hoy leo una noticia que no hace más que afirmar lo que siempre he dicho sobre lo frías, estresantes, tristes y poco humanizadas que son las unidades de cuidados neonatales. No se si fue una mala experiencia o mala suerte o parte de la depresión postparto o una suma de muchas cosas pero cada vez que quería ver a mi hijo parecía que estuviera haciendo una obra social a un niño desvalido más que estar y cuidar de mi bebé.
En estas unidades de cuidados intensivos, a las madres se nos permite entrar a amamantar o dar los bibis cada 3 horas por espacio de una hora. Allí debemos permanecer en silencio, obviamente para respetarnos todos, y tras esos 60 escasos minutos debemos arrancar a nuestros bebés indefensos y dejarlos allí, lloren o no, sí o sí. Hay 60 minutos para que hagan la toma que les toca, les cambiemos el pañal sucio y les demos el máximo de amor posible. Insuficiente. Absolutamente insuficiente y más cuando de todos es sabido que tener a mamá cerca beneficia a los bebés prematuros, quienes aumentan mejor de peso y reducen su angustia.
Cuando la estancia en la clínica o el hospital termina para la madre, normalmente entre 3-5 días, allí dejamos a los peques y nos vamos a casa de vacío. Con la suerte de tener un bebé que sigue vivo, eso no hay que olvidarlo. Pero es innegable que nuestro pequeño se queda solo, privado del contacto piel con piel, tan absolutamente necesario durante los primeros días. La separación se vuelve traumática y se angustia más de lo debido a los pequeños y a las madres.
Ahora un estudio pone de manifiesto todo esto que ya sabemos, solo que los datos avalan lo que muchas madres deseamos, es decir que se nos permitiera estar más tiempo con nuestros hijos en un espacio más intimo y privado.
Los hallazgos de los que hablo, que aparecen en la edición digital del 22 de septiembre de la revista Pediatrics, amplían las evidencias de que las habitaciones privadas son mejores para la salud y el desarrollo de los pequeños recién nacidos que el plan de sala abierta usado desde hace mucho, que algunos investigadores han escrito como un "establo para bebés". Y que conste que esto no lo digo yo.
El resto del estudio lo podéis leer en MedlinePlus, siguiendo este enlace. Yo solo quiero dar mi visión como madre de un bebé prematuro, y agradecer desde aquí que se sigan realizando estudios como éste solo para que un día podamos gozar de unidades de cuidados neonatales como las que en este estudio han analizado.
Hay que tener más en cuenta a las madres, permitirles seguir en contacto con sus bebés y dejar que puedan cuidar de ellos. Estoy convencida que más de un bebé se ahorraría llantos necesarios y tener que hacer frente a una situación estresante como es estar en una sala de neonatales, solo, aunque sí muy controlado. Y espero que no se mal interprete, porque ante todo es estabilizar al bebé, que no se descompense, controlar sus constantes en todo momento pero no veo la necesidad de tenerlo alejado tanto tiempo de sus madres.
Las consecuencias de tener alejados a los bebés de sus madres son múltiples, entre ellos la posibilidad de establecer un vínculo fuerte y estable durante los primeros días, y no quiero dramatizar pero es así en muchos casos. Otra consecuencia es la dificultad para que cojan peso. Y otra más, la ansiedad y el estrés al que se ven sometidos convierte a estos niños en niños mucho más sensibles a los estímulos externos como son el ruido, la luz ...
Mientras que los beneficios son muchos tanto para el bebé como para la madre tal y como podemos leer en el estudio. Innegable. Indiscutible.
Foto cortesía www.freedigitalphotos.net.