Publicaba un medio digital el otro día como titular, la vergüenza que Belén Esteban producía en su familia, acompañando esta instantánea y con referencia a su paso por Gran Hermano VIP y los comentarios vertidos sobre Olvido Hormigos, recientemente referida en esta página. La verdad es que la Sra. Esteban ha sido filón inagotable de entradas para este espacio, y pese a la crítica a la que siempre fue sometida por parte del abajo firmante, había cierto cariño hacia quien fue llamada princesa del pueblo, en aquellos tiempos en que comparábamos su entonces reciente maternidad con la instantánea de “femme fatale” que publicó Interviú en un posado cuajado de Photoshop. Pero a día de hoy el juguete roto no llega siquiera a la caricatura de sí mismo, después de una cirugía tan fallida como innecesaria y con un verbo soez que ha perdido la gracia de aquella espontaneidad del barrio que llevó siempre por dentro y por fuera. Tristemente no despierta ningún interés, y a diferencia de tiempos pretéritos, tampoco inspira ni tan siquiera pena. Pobre Andreíta.