Belén Esteban: Presidenta

Publicado el 16 agosto 2011 por Cronicasbarbaras

Silvio Berlusconi, exsocialista productor de telebasura y primer ministro en el poder con pequeños paréntesis desde 1994, ha demolido la organización territorial italiana eliminando las provincias con menos de 300.000 habitantes, 34 de 107, y los municipios con menos de mil habitantes, 1.500 de los 8.000 actuales.

El telebasurero, que era socialista con Bettino Craxi y por eso Felipe González le dió Telecinco, es converso antiburócrata. Ahora mismo más útil que nuestros dirigentes, que prometen mantener la pirámide de ayuntamientos, diputaciones, provincias y Autonomías.

A saber cuántas administraciones deberían eliminarse para que los enfermos de Cataluña no se queden sin hospitales, y sin medicinas los de Castilla-La Mancha. Y lo que venga.

Sobran burócratas, más de un millón de los al menos tres millones de empleados públicos actuales, pero no funcionarios útiles: sanitarios, enseñantes, policías, militares. Sí, militares también.

Sobra gente que pide papeles y manda al contribuyente de una administración a otra, y a otra, y así un día y otro hasta que el infeliz muere agotado y arruinado.

En EE.UU. numerosos zapateros remendones ejercen de notarios públicos y resuelven todo en diez minutos. Y los Tea Party protestan contra la burocracia…

Aquí ya no es el “vuelva usted mañana” de Larra. Ahora es “vaya usted a la otra oficina”, y a otra, y a la capital autonómica, y allí de una consejería a otra y a mil más.

Sellos y papeles, papeles y sellos, todo burócrata tiene algo que rechazar. Sabe que su función debería eliminarse, pero aparenta frenética actividad poniendo pegas, sellos, y ayudantes: familiares, amigos o del Partido.

Berlusconi, qué envidia nos da. No queremos quedarnos sin hospitales ni medicinas. Quizás si teledirige usted a Belén Esteban, su estrella, podría iniciarse aquí la poda italiana.

Se lo explico: hay que salvar España, porque se hunde. Belén trabaja precisamente en Sálvame de Luxe, refinado producto Telecinco no menos creible que las campañas políticas.

Que Belén salve también España. 

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SALAS