Bellas Durmientes. Stephen King y Owen King

Por Mientrasleo @MientrasleoS

     "Evie ríe al ver la mariposa nocturna. Se posa en su antebrazo desnudo, y ella acaricia las ondas grises y marrones que colorean sus alas. «Hola, preciosa», la saluda. La mariposa emprende el vuelo. Sube, sube y sube, hasta que la engulle un haz de sol enredado entre las relucientes hojas verdes, a siete metros por encima de Evie, que se encuentra en el suelo, entre las raíces."
     Si Stephen King no es uno de los escritores más prolíficos del mercado, desconozco quien puede ganarle. Y más jugando en la misma liga que llena estantes de librerías (particularmente las situadas en estaciones y aeropuertos). El escribe y nosotros leemos, en realidad es así de simple. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Bellas Durmientes.
     Estamos en Dooling, una pequeña ciudad en la que, al igual que en el resto del mundo, las mujeres parecen quedarse dormidas y ser incapaces de despertar mientras una suerte de capullo sedoso recubre sus cabezas. Y si alguien, Dios no lo quiera, tiene la mala idea de retirar el capullo, que se prepare para las consecuencias. Los hombres quedan solos mientras algunas mujeres, como la sheriff luchan por no dormir. Y allí aparece Eve, Evie, una mujer capaz de dormir y despertar, de conocer y matar, de hablar con los animales y encarnar lo mejor y lo peor. El peso masculino recae en Clinton Norcrossm psiquiatra del penal de Dooling y marido de la sheriff.
     Ya conocíamos al hijo mayor de King, Joe Hill, quien ha escrito, no solo con su padre, sino que se ha formado ya un nombre propio en el panorama literario. Sin embargo ha sido el hijo menor esta vez quien ha tenido una idea y la ha compartido con su famoso padre que rápidamente se ha prestado a escribir una novela a cuatro manos con él. Y así es como nace Bellas Durmientes, un libro en el que nos encontramos muchos ecos de obras ya conocidas de King y en el que, esta vez, se decanta por la distopía con toques femeninos que tan de moda está en los últimos tiempos. Y posiblemente ese sea el gran defecto de esta novela; no aporta novedades al lector.
Nos circunscribe a un pueblo y sus habitantes y relaciones entre ellos, haciendo que recordemos La cúpula, cercando ese cerramiento a las cabezas de las mujeres que parecen huir así de un mundo masculino. Sin embargo podríamos retroceder mucho más, hasta Salem's Lot para descubrir que King es un experto en aumentar las tensiones entre los ciudadanos de las comunidades pequeñas, exactamente igual que ya se metió de lleno en las epidemias en su libro Apocalipsis. Todo nos suena en esta nueva novela. Incluso la cárcel, aunque ahora sea de mujeres y, al convertirse en uno de los escenarios centrales se acerque más a Orange is the new black que a La milla verde. Y es que supongo que cuando alguien tiene una obra tan dilatada como la del maestro del terror es inevitable no caer en algunas repeticiones.
     Bellas Durmientes es una novela extensa, en la que veremos como poco a poco las mujeres duermen por una enfermedad de nombre Aurora, como la Bella Durmiente de Disney, y pasaremos de la perplejidad al terror de los habitantes que no saben muy bien qué está sucediendo. Del mismo modo, los King se irán centrando en Norcrossm, un personaje típico en la obra del padre: un hombre de mediana edad, en este caso psiquiatra, que se ve en el centro de la acción cuando hasta ese momento ha tenido una vida sosegada más que feliz. Será el la voz masculina de una prisión en la que no faltan rencillas, afinidades o funcionarios con la mano demasiado larga y será allí al lugar al que lleven a Eve, esa mujer cuya entrada en la historia consiste en irrumpir en una caravana y asesinar a dos hombres que se dedican al tráfico de drogas de la forma más sangrienta posible.Eve es desconcertante, los King la cargan de simbolismos pero parecen no terminar de decidirse por el bando en el que van a colocarla. Es evidente que no es buena, pero tampoco es mala en realidad, reivindica muchos tipos de mujer en un libro que se carga de clichés básicos sobre la brutalidad masculina y el apego femenino, por ejemplo, a los hijos pequeños. Al final tenemos una extensa novela que se hace aburrida en su parte central, en la que no se percibe el terror ni la tensión de sus obras anteriores y de la que, lo mejor que puede decirse, es que su lectura no requiere mayor esfuerzo. Es cierto que al final parece que espabilan y nos llevan al punto al que queríamos llegar, pero lo que dudo es que sea necesario entretenerse tanto por el camino dejando una estela de personajes vacíos.
     Bellas Durmientes me ha parecido una historia fallida como novela, pero que posiblemente encuentre un hueco en una de las múltiples plataformas de series que existen hoy en día. La capacidad para coger elementos de distintos géneros es, cuanto menos, digna de mención y tal vez, y ya que se acerca a muchas de las modas actuales, la veamos convertida en un éxito. Personalmente, me ha decepcionado, le falta mucha fuerza.
     Y vosotros, ¿habéis leído algo de el Rey del Terror?
     Gracias.
     PD: Se que me dejo muchos detalles y que podría hablar de zombis, de animales que hablan y dar una dimensión aún más mágica a la epidemia Aurora. Incluso podría hablar del árbol y del lugar de las mujeres. Pero entendedme, son más de 750 páginas, les ha dado tiempo a contar demasiadas cosas.