Por JC Vinuesa
Belle de Jour (1967)
L. Buñuel
Reparto (IMDB)
Catherine Deneuve... Séverine Serizy / Belle de Jour
Jean Sorel... Pierre Serizy
Michel Piccoli... Henri Husson
Geneviève Page... Madame Anais
Pierre Clémenti... Marcel
Françoise Fabian... Charlotte
Buñuel, desde sus tiempos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, ya empezó a interesarse por el séptimo arte, acercándose en sus primeros años al movimiento surrealista con "Un Perro Andaluz" (1929) o al género documental con "Las Hurdes, Tierra sin Pan" (1933). Su segunda etapa cinematográfica la inicia en Méjico a finales de los años 40, a donde se exilió tras la Guerra Civil y la instauración de la dictadura militar franquista. Allí rodaría "Los Olvidados" (1950) y otras cintas que suelen reflejar historias de seres marginales, de injusticia social. En 1961 vuelve a España para rodar "Viridiana", uno de sus grandes títulos que concentra los temas recurrentes a los que volvería durante las siguientes dos décadas: los deseos reprimidos, la moral, los trapos sucios de la burguesía. A pesar de ser un gran éxito de crítica en el extranjero la película no podría verse en los cines españoles debido a la censura de las autoridades. Buñuel volvía a estar en la lista negra del régimen y habría de partir de nuevo, esta vez a medio camino entre Méjico y Francia. En la década de los sesenta llegarían "El Ángel Exterminador" (1962) y "Belle de Jour" (1967), cintas con las que el director ya es reconocido como uno de los grandes cineastas europeos. A partir de entonces sus estrenos se convierten en auténticos acontecimientos culturales, sobre todo en tierras francesas: "Tristana" (1970), "El Discreto Encanto de la Burguesía" (1972) o "Ese Oscuro Objeto del Deseo" (1977) completan una filmografía profundamente personal que en mi opinión solo podía haber salido de un hombre nacido y criado en un país como España. La adinerada Serizy (Catherine Deneuve), casa con un eminente cirujano llamado Pierre (Jean Sorel), será conocida como “Belle de Jour”, cuando acuda a trabajar en un prostíbulo dirigido por Madame Anais (Genieve Page), al que se une para intentar escapar de su vida rutinaria y aburrida. Belle de Jour es una de las realizaciones más populares del genio de Calanda. En ella nos muestra un discurso sobre el erotismo y la burguesía, conjugados en esta ocasión para difundir un ejercicio sexual cautivador y subyugante con mimetizado con el surrealismo del director aragonés. La fusión entre su gusto por la búsqueda de recovecos oscuros en la lubricidad primitiva y su insistente mirada crítica a la burguesía es puesta en escena por las aventuras y desventuras de una hermosa mujer, quinte la monotonía en la que se ve inmersa su existencia, decide acudir no sin previos recelos a ejercer de prostituta diurna en un burdel. Belle de Jour es especialmente recordada por su sensacional y exquisito tratamiento del erotismo, al morbo y seducción por lo desconocido como evasión de la rutina vital, de tal manera que quien escribe supo del significado de este sustantivo después de ver esta película a temprana edad; en la interacción de la “bella de día” con unos personajes corrosivos pero a la vez atrayentes.
Buñuel sugiere más que enseña, provoca más que acomete, factores básicos del buen cine, logrando rodar secuencias de un erotismo de añada vieja y contundente, pero sin caer en el garrafón y alejándose mucho de cualquier escena escabrosa. Para ello las escenas están mostradas de forma realista, como si el espectador estuviéramos junto a los personajes y pudiésemos entablar interrelacionarnos con ellos, en unos escenarios que casi claustrofóbicos