Título: Belleza roja Autora: Arantza PortabalesEditorial: Lumen Año de publicación: 2019Páginas: 432 ISBN: 9788426406187Conocí a Arantza Portabales el verano de 2018, cuando en agosto leí su primera obra, Deje su mensaje después de la señal. Cuando me enteré de que en mayo publicaba nuevo libro, en esta ocasión una novela negra, tuve claro que antes o después lo leería. Y por fin le ha llegado su turno a Belleza roja. Sus casi 500 páginas me han durado muy poquitos días y es que es una novela que te atrapa y te envuelve. Xiana Alén, una joven de 15 años, ha aparecido muerta en su habitación, le han cortado el cuello con un cuchillo y en el suelo hay ocho litros de sangre. Todo ha ocurrido en Santiago de Compostela la noche de San Juan, el 23 de junio, mientras sus padres, Teo Alén y Sara Somoza, su tía Lía, la tía de su madre, Amalia, y unos vecinos, Fernando e Inés, cenan en el jardín. A priori, nadie más ha entrado ni ha salido de la mansión. Todos son sospechosos del asesinato. El típico quién ha sido al más puro estilo de la gran Ágatha Christie que, en esta ocasión, no tiene nada de típico. Porque esta familia es de todo menos típica o normal. La madre de Sara y Lía era una artista famosa. Lía ha heredado su pasión y es una pintora de fama internacional. La pequeña Xiana también tenía genes de artista. Mientras, Sara es abogada. Y Teo es un sinsangre que se deja llevar. Pero lo que marca toda la novela es que Lía y Sara son gemelas. Pero aunque físicamente se parecen, psíquicamente no pueden ser más opuestas. Lía es pasional, caliente, vive en su mundo, es frágil, delicada. Mientras que Sara es fría, calculadora, vive una vida normal, casada, con una hija, nunca se ha sentido atraída por la pintura o la escultura. Ambas han mantenido desde niñas una relación extraña, demasiado intensa, dependiente e incluso tóxica. Una relación que, página a página, va impregnando a los personajes y a la trama, que se vuelve cada vez más adictiva pero, sobre todo, inquietante y perturbadora. Y todo esto tendrán que resolverlo los policías Santi Abad y Ana Barroso, jefe y subordinada con una relación personal compleja. Ambos tienen un pasado muy complicado que les condiciona mucho el presente y, ante todo, el futuro. Otro de los personajes importantes es Connor, el psiquiatra que trata a Lía Somoza. Con sus propios fantasmas a cuestas, tratará de ayudar a Lía y, de paso, poner su granito de arena para intentar saber quién mató a Xiana Alén. La novela me ha gustado muchísimo. Los personajes están muy bien construidos, son complejos, con sus miedos, sus defectos, sus historias sin resolver. Y la trama tiene el ritmo justo, ni demasiado lento ni demasiado rápido, que poco a poco, con giros muy bien situados, nos va llevando hacia el desenlace final. Un final para mi gusto demasiado abierto que, quiero pensar, se debe a que habrá una segunda novela que continúe la historia. No os asustéis, la parte policial se resuelve y se cierra, pero la parte más personal de la trama se queda con algún fleco suelto que, al menos a mí, me ha chirriado un poquito y me ha sorprendido. Como ya he dicho, es una novela inquietante, perturbadora. Llegamos a conocer en profundidad a todos los personajes. Y todo con un estilo elegante, sobrio, con una forma de escribir muy fluida, en la que la belleza, la estética, el arte, la pintura, están siempre presentes. Una belleza que nos estremece, nos angustia y nos llega muy adentro. Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.
Título: Belleza roja Autora: Arantza PortabalesEditorial: Lumen Año de publicación: 2019Páginas: 432 ISBN: 9788426406187Conocí a Arantza Portabales el verano de 2018, cuando en agosto leí su primera obra, Deje su mensaje después de la señal. Cuando me enteré de que en mayo publicaba nuevo libro, en esta ocasión una novela negra, tuve claro que antes o después lo leería. Y por fin le ha llegado su turno a Belleza roja. Sus casi 500 páginas me han durado muy poquitos días y es que es una novela que te atrapa y te envuelve. Xiana Alén, una joven de 15 años, ha aparecido muerta en su habitación, le han cortado el cuello con un cuchillo y en el suelo hay ocho litros de sangre. Todo ha ocurrido en Santiago de Compostela la noche de San Juan, el 23 de junio, mientras sus padres, Teo Alén y Sara Somoza, su tía Lía, la tía de su madre, Amalia, y unos vecinos, Fernando e Inés, cenan en el jardín. A priori, nadie más ha entrado ni ha salido de la mansión. Todos son sospechosos del asesinato. El típico quién ha sido al más puro estilo de la gran Ágatha Christie que, en esta ocasión, no tiene nada de típico. Porque esta familia es de todo menos típica o normal. La madre de Sara y Lía era una artista famosa. Lía ha heredado su pasión y es una pintora de fama internacional. La pequeña Xiana también tenía genes de artista. Mientras, Sara es abogada. Y Teo es un sinsangre que se deja llevar. Pero lo que marca toda la novela es que Lía y Sara son gemelas. Pero aunque físicamente se parecen, psíquicamente no pueden ser más opuestas. Lía es pasional, caliente, vive en su mundo, es frágil, delicada. Mientras que Sara es fría, calculadora, vive una vida normal, casada, con una hija, nunca se ha sentido atraída por la pintura o la escultura. Ambas han mantenido desde niñas una relación extraña, demasiado intensa, dependiente e incluso tóxica. Una relación que, página a página, va impregnando a los personajes y a la trama, que se vuelve cada vez más adictiva pero, sobre todo, inquietante y perturbadora. Y todo esto tendrán que resolverlo los policías Santi Abad y Ana Barroso, jefe y subordinada con una relación personal compleja. Ambos tienen un pasado muy complicado que les condiciona mucho el presente y, ante todo, el futuro. Otro de los personajes importantes es Connor, el psiquiatra que trata a Lía Somoza. Con sus propios fantasmas a cuestas, tratará de ayudar a Lía y, de paso, poner su granito de arena para intentar saber quién mató a Xiana Alén. La novela me ha gustado muchísimo. Los personajes están muy bien construidos, son complejos, con sus miedos, sus defectos, sus historias sin resolver. Y la trama tiene el ritmo justo, ni demasiado lento ni demasiado rápido, que poco a poco, con giros muy bien situados, nos va llevando hacia el desenlace final. Un final para mi gusto demasiado abierto que, quiero pensar, se debe a que habrá una segunda novela que continúe la historia. No os asustéis, la parte policial se resuelve y se cierra, pero la parte más personal de la trama se queda con algún fleco suelto que, al menos a mí, me ha chirriado un poquito y me ha sorprendido. Como ya he dicho, es una novela inquietante, perturbadora. Llegamos a conocer en profundidad a todos los personajes. Y todo con un estilo elegante, sobrio, con una forma de escribir muy fluida, en la que la belleza, la estética, el arte, la pintura, están siempre presentes. Una belleza que nos estremece, nos angustia y nos llega muy adentro. Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.