Él, sin embargo, fue el impulsor de las instalaciones de Aiguaviva y la elaboración de baguettes precocidas y congeladas. Es la estrella de Bellsolà, un producto de calidad que guarda su secreto en las horas de fermentación. En este túnel, el más largo de Europa, el pan hay fermenta lentamente, durante 4 horas, lo que hace, dice, que este pan industrial tenga el sabor de lo artesanal. Sobrevivir es difícil y requiere grandes inversiones de dinero, especialmente en maquinaria. Es por ello que en 2004 la empresa pasa a manos de un grupo de inversores. Actualmente, Bellsolà fabrica 430.000 baguettes al día, más de 150 millones al año.
No sólo hace pan sino que también se dedica a la bollería. Facturan 37 millones y medio de euros al año y esperan aumentar esta cifra en un 20%. Su producto se destina tanto al mercado nacional como internacional. En este sentido, exporta a los países nórdicos, Estados Unidos y Rusia. En el futuro prevé llevar sus productos al norte de África.
Ver video, está en catalán, pero las imágenes valen la pena.
Fuente: 8TV