¿Estás aguantando la respiración hasta que Ride vuelva a tocar?
¿Entras en trompo cuando te percatas que jamás escucharás un nuevo disco de Lush?
¿No has parado de llorar desde el entierro del Sanguinario Valentín?
Tranquiiiiilo homosexual!
Aunque el sentido común te diga todo lo contrario, el género musical más homofóbico y partemadres
No es el hardcore punk (puro varón),
tampoco el black metal (este hombre) (esto también).
Es el shoegaze.
Comprendo tu sorpresa, Slayerista, pero ni cagando la comparto.
Y te reto a que te bajes este disco, producto del hipotético cruce entre Kevin Escudos y Ariel el Rosa.
Cosa que la próxima vez que adviertas que a alguien se le sale el Loveless por los audífonos,
le empezarás a hablar de cuanto te has enamorado de esta amalgama de texturas
te sorprenderás por su perplejidad ante tu osadía de interrumpir su cortés solipsismo
hasta que te des cuenta que todo el rato de tu perorata
tu nuevo amigo estuvo mascullando una sola palabra;
dos, en realidad:
Shoo, gays!