Lo confieso: al menos en mi faceta como escritor, me gusta explotar ampliamente la ironía y el sarcasmo. Y es que disfruto de una frase construida con la fina inteligencia necesaria para hacer lucir mal a uno que otro personaje corto de entendederas.
Entre una y otra hay una línea, clara pero bien definida. La ironía es una burla disfrazada, dónde se quiere decir justo lo contrario a lo que se dice. El sarcasmo va un poco más allá en su naturaleza ofensiva: hace uso de la ironía para burlarse de forma cruel, ofender o maltratar de palabra al objeto de él.
Vamos, que es una ofensa tan refinada que el interlocutor demora en percibir lo mal parado que queda.
Ofensa dentro de la esgrima escrita
La ironía y el sarcasmo se entienden mucho mejor cuando se complementan con el tono, la gestualidad y la forma en que lanzan. Ya en la palabra escrita cuesta un poco más, porque depende mucho del contexto.
Al construir un parlamento irónico o sarcástico, hay que hilar fino. No basta con dejarlo de forma explícita con el consabido “añadió, con ironía” o frases similares: si tienes que indicar para el lector que una parte es irónica o sarcástica, probablemente la hayas hecho mal. O peor, estás ofendiendo no al personaje, sino a la inteligencia de quien te lee.
Ojo: desde el punto de vista psicológico, los niños no dominan el lenguaje al nivel suficiente para captar las ironías o el sarcasmo. Sencillamente, no establecen el proceso psicolingüístico necesario para descodificar el mensaje sarcástico hasta aproximadamente los 6 o 7 años.
Así que si nos quejamos a uno de ellos con algo similar a “a ver si puedes ensuciarte un poco más”, es muy probable que no lo capte y se revuelque por el fango para cumplir con lo que le demandamos. Tenlo presente si uno de tus personajes es un niño.
Tampoco las personas con trastorno del espectro autista la entienden, porque asumen el mensaje con una literalidad incompatible con la ironía. Pueden reconocerla si la buscan activamente. Como Sheldon Coopper, por dar un ejemplo ficticio pero efectivo.
¿Es eso sarcasmo o ironía?Tampoco te pases
Una ironía o sarcasmo bien colocado resalta la inteligencia de tu personaje, pero si usas el mismo recurso una y otra vez tus lectores pueden llegar a odiarlo. Ten en cuenta que, como mismo el compañero de trabajo borde y tóxico, estar adivinando las intenciones ocultas en todas las palabras es un ejercicio agotador.
Así que, a menos que tu intención sea que el lector tenga ganas que alguien defenestre a un personaje, dosifica la ironía y el sarcasmo. Tampoco lo emplees en una situación que merezca directamente una ofensa: para que tus personajes vivan y respiren, a veces tienen que perder los estribos y que la inteligencia se les vaya a los calcañares.
Bien dosificada, la ironía demuestra agilidad mental, humor, creatividad y capacidad para abordar los problemas de forma alternativa, como pensamiento disuasorio o de contraste.
Pero es un plus peligroso que se debe manejar con cautela. Es el “Elemental, mi querido Watson”, que tan cargante era y que Arthur Conan Doyle nunca puso en boca de Sherlock, para no ofender a su entrañable (y nada tonto) amigo.
Mejor no tocarle las narices a este señorCurso breve de sarcasmo acelerado
Ejemplos de ironía y sarcasmo los hay a pastos en la literatura, pero también fuera de ella. Un ejemplo para aprender a utilizar este recurso comunicativo es la cuenta de Twitter de Arturo Pérez-Reverte, un catedrático no solo de la Real Academia de la Lengua Española, sino de mandar a freír tusas al más pinto de la paloma.
También muchos personajes célebres de la historia han contestado a desafíos con un sarcasmo digno de estudiarse detenidamente. Acá te dejo 27 frases que no tienen desperdicio (no los copies, imítalos o úsalos de inspiración):
«¿Por qué te sientas ahí mirando, como un sobre sin ninguna dirección en él?” -Mark Twain
«A él le encanta la naturaleza, a pesar de todo lo que le hizo.” -Forrest Tucker
«Acabo de enterarme de su enfermedad. Esperemos que no sea nada trivial.” – Irvin S. Cobb
«Algunos causan felicidad dondequiera que van; otros, cuando se van.” – Oscar Wilde
«Él es un hombre hecho a sí mismo y adora a su creador.” – John Brillante
«Él heredó algunos buenos instintos de sus antepasados cuáqueros, pero con un diligente trabajo duro, los superó. » – James Reston (sobre Richard Nixon)
«Él no sólo es aburrido a sí mismo, es la causa del aburrimiento en otros.” – Samuel Johnson
«Es simplemente un escalofrío buscando una columna vertebral para subir.” – Paul Keating
«Gracias por enviarme una copia de tu libro; no voy a perder el tiempo leyéndolo.” – Moisés Hadas
«He tenido una noche perfectamente maravillosa. Pero me temo que esto no fue suficiente.” – Groucho Marx
«Me siento tan miserable sin ti; es casi como tenerte aquí.» – Stephen Bishop
«No asistí al funeral, pero envié una bonita carta diciendo que lo aprobaba.” – Mark Twain
«No hay nada malo contigo que la reencarnación no cure. » – Jack E. Leonard
«Voy a adjuntar dos entradas para la primera noche de mi nueva obra; trae a un amigo, si tienes alguno.” George Bernard Shaw a Winston Churchill
Otro maestro del sarcasmo: Dr. House«No puedo asistir a la primera noche, asistiré la segunda… si es que llega a haber.” – Winston Churchill constestó.
«No tiene enemigos, pero a sus amigos no le gusta mucho. ” – Oscar Wilde
«Nunca abren la boca sin restar a la suma del conocimiento humano.” – Thomas Brackett Reed
«Nunca ha sido conocido por usar una palabra que pudiera enviar a un lector al diccionario.” William Faulkner (sobre Ernest Hemingway)
«Pobre Faulkner. ¿Realmente cree que las grandes emociones vienen de las grandes palabras? «- Ernest Hemingway (sobre William Faulkner)
«Nunca he matado a un hombre, pero he leído muchos obituarios con gran placer.” – Clarence Darrow
«Puede comprimir la mayoría de las palabras en la idea más pequeña de cualquier hombre que conozco.” – Abraham Lincoln
«Su madre debería haberlo tirado y quedarse con la cigüeña. ” – Mae West
«Tenía delirios de adecuación» – Walter Kerr
«Tiene el oído de Van Gogh para la música.” – Billy Wilder
«Tiene todas las virtudes que no me gustan y ninguno de los vicios que admiro.” – Winston Churchill
«Usa las estadísticas como un borracho usa postes de lámpara… para apoyo, en lugar de iluminación.” – Andrew Lang
El intercambio entre Winston Churchill y Lady Astor: Ella dijo: «Si fueras mi marido te daría veneno. Él dijo, «Si fueras mi esposa, me lo bebería. «
Espero que estos consejos te sean útiles. Pero recuerda: no tienes que recorrer el camino del escritor tú solo. Puedes contactarme si deseas ayuda con tu obra.
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