Últimamente no paramos de oír los múltiples beneficios del consumo de cerveza: en el deporte, la tercera edad, fuente de ácido fólico para mujeres gestantes (sin alcohol, claro, nada más faltaría), etc. Lo afirman diversos estudios y publicaciones como notas de prensa y newsletters.
¿Es eso suficiente para que sea cierto? En realidad lo que importa en una publicación es saber con certeza quién lo dice. Y por qué lo dice, es decir, qué intereses tiene.
Es evidente que si las publicaciones las financia y publica la principal entidad defensora del gremio cervecero (El Centro de Formación Cerveza y Salud) que se financia a la vez produciendo, embotellando y vendiendo cerveza, la información estará sesgada y será selectiva, claramente inclinada a su favor, te cuentan lo bueno y obvian lo malo.
Aquí el link, te invito a comprobar que no han publicado nada absolutamente que ponga en tela de juicio el consumo de cerveza ni han encontrado nada malo en ella. Todo ventajas!
Vamos a desmigajar la información:
Las publicaciones son muchísimas y han inundado la red y otros medios de comunicación masiva y gratuita. Link aquí.
En los estudios centrados en los componentes de la cerveza, obviando el alcohol, encontramos:
- Alto contenido en ácido fólico. De aquí el factor protector frente a enfermedades cardiovasculares, salud de la mujer durante la lactancia, entre otros.
- Elevada capacidad de hidratación para la población general adulta y en el deportista ya que es un 90% agua.
- Fuente de substancias quimiopreventivas y antioxidantes tales como las xantinas y polifenoles, entre otros, por lo que se la relaciona con la prevención de diferentes tipos de cáncer.
Todas estas afirmaciones son ciertas, estos nutrientes cumplen la función que se detalla, pero lo que no se está teniendo en cuenta es la fuente, el alimento de procedencia. Resulta que la cerveza es una fuente de todos estos elementos porque provienen de los cereales con los que se elabora y su posterior fermentación, pero dicho proceso genera otra substancia: el alcohol, contenido en una cerveza en un promedio de 9g en una caña de 200ml.
El ácido fólico:
La cerveza no es la mejor fuente. La cerveza sin alcohol, también contiene alcohol, una caña de “sin” tiene casi un gramo de alcohol. No parece tan ideal para nutrir de ácido fólico y antioxidantes a una mujer que está dando el pecho.
Existen otros alimentos que contienen y son muy buena fuente de ácido fólico y antioxidantes a cascoporro: los vegetales, sobretodo los de hoja verde, las frutas y los granos enteros, por ejemplo. No hay efectos secundarios, no hay alcohol, es barato, es recomendado abiertamente, no hay controversia, con las raciones recomendadas de dichos alimentos se cubren las necesidades en la mayoría de los casos.
Les prohibimos a las embarazadas la cerveza sin alcohol?. No. Pero no se la recomendamos como fuente principal de un nutriente tan importante para la gestación y la lactancia.
La hidratación:
Esta nota de prensa en concreto, asegura que la cerveza es una buena fuente de hidratación porque es un 90% agua. Pero el agua es un 100% agua.
Si seguimos leyendo nos ilustra con una frase que justifica la elección de dicha bebida:
“La presencia de carbohidratos en una bebida reduce la velocidad de vaciamiento gástrico, y en el caso de la maltodextrinas, éstas se metabolizan lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a sangre, lo que conlleva un beneficio añadido”.
Eso será en la cerveza tradicional elaborada de forma artesanal en la época del abuelo Patxi, porque si miramos la composición de la cerveza que nos sirven en el bar del chiringuito, da igual la marca, la composición en carbohidratos es de 0% fibra y 25% carbohidratos, de los cuales todos son azúcares simples (fuente: TCA CESNID 2011). Estos azúcares no retrasan el vaciado gástrico y se absorben rápidamente. Por eso una cucharada de azúcar de caña no te quita el hambre y ¼ de melón, si.
Para que parezca más reforzado, la nota cuenta con la opinión de un experto:
Por todo ello, el Prof. Jesús Román Martínez, presidente del comité científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), asegura que “la ingesta moderada de cerveza, entendida como 2 ó 3 cañas diarias para los hombres, y 1 ó 2 para las mujeres, combinado con un alto consumo de frutas y verduras, podría ser un complemento al agua para calmar la sed y mantenernos hidratados este verano”.
Este señor, no sólo no le da la razón al Centro de Formación Cerveza y Salud, sino que hace hincapié en dos aspectos: la hidratación principal de una persona debe provenir de las frutas las verduras y el agua, y es importante hacer un consumo moderado de la cerveza. Existe una restricción de consumo porque contiene alcohol.
Si de verdad estuviese firmemente demostrado que la cerveza fuera mejor que el agua para hidratarnos, nos recomendaría tomar 2 litros al día sin tapujos.
Fuente de substancias quimioprotectoras:
Se le atribuyen las mismas propiedades que al vino y si me estiro un poco, al chocolate (que también tiene fans). Estas bondades radican en el contenido en substancias antioxidantes como los taninos, las xantinas, en concreto el xanthohumol: Link aquí.
“El xanthohumol, antioxidante contenido en el lúpulo e ingrediente principal de la cerveza, podría ejercer un importante papel como agente quimiopreventivo gracias a su alto contenido en catequinas. Estos fitonutrientes, que han confirmado ser activos en la inhibición y prevención de la carcinogénesis a través de ensayos “in vitro” y en animales de experimentación, podrían contribuir a prevenir algunas formas de cáncer.”
Si pones atención, en diversos estudios realmente se demuestra este efecto, pero lo que les inocula a esos ratoncillos es el xanthohumol del lúpulo con el que se hace la cerveza, no cerveza.
Cerveza, vino, txacoli, cava…
El efecto teratogénico y carcinogénico del alcohol está ampliamente demostrado. Queda perfectamente reflejado en este documento publicado por la OMS, donde queda clara la relación del consumo de alcohol y el cáncer, alcohol y patologías cardiovasculares y alcohol y mortalidad; y concluye:
- El consumo de alcohol se asocia a numerosas enfermedades cardiovasculares. Es verdad que podría existir un papel protector en la isquemia, pero no sale a cuenta, todas las otras patologías que provoca son graves y el papel protector que aporta es incomparable al de un estilo de vida activo y dieta equilibrada.
- El anterior mencionado efecto protector no se observa en jóvenes, sino que tiene el efecto contrario.
- El consumo de alcohol se relaciona directamente con el desarrollo de diferentes tipos de cáncer como el orofaríngeo, de mama, de esófago, de estómago, de colon y recto, de hígado y de páncreas.
- A mayor consumo, mayor riesgo. Incluso en dosis moderadas.
Que quede claro, esto no va de prohibir el alcohol, pero tampoco debería ir de fomentar su consumo ventilando selectivamente sus bondades para vender más botellas a costa de la salud de las personas.