Además, de los futuros beneficios que se pueden derivar de un estrecho contacto con los libros desde pequeños, la lectura también es un hábito que puede estrechar los vínculos afectivos en el seno de la familia al permitir pasar tiempo juntos y favorecer el desarrollo del lenguaje y la creatividad en los niños.
Favoreciendo el hábito de la lectura en los peques les hará ser mejores en todos los aspectos ya que un niño que lee habitualmente le permite desarrollarse en cualquier ámbito.
La lectura ejercitará su cerebro logrando fortalecer sus interconexiones neuronales, teniendo más capacidad para concentrarse que los niños que no leen habitualmente.
Como es obvio, los libros les enseña a los niños sobre personas, costumbres, culturas, ciudades, tradiciones y todo lo que les rodea, por lo cual lo hacen más cultos. Con la lectura, aprenden a desarrollar su vocabulario aprendiendo nuevas palabras, expresiones y el uso correcto del lenguaje, desarrollando su imaginación, además de ofrecerle entretenimiento de una manera relajada.
Por tanto, para estas vacaciones podemos plantearnos que nuestros peques dediquen más tiempo a la lectura que a las maquinitas de videojuegos.