Algunos de los pescados azules más comunes son las sardinas, el bonito, el salmón, la trucha, el pez espada o la caballa, entre otros. Pescados fácilmente reconocibles en las tiendas donde se pueden adquirir y que encontramos en las costas españolas al ser de alta calidad. Son alimentos que podemos comer varias veces durante la semana, combinados con ensaladas, salsas, verduras, y cocinados de distintas maneras.
Contra el colesterol
Una de las características de los pescados azules es que poseen mayor grasa y proteínas en su carne que otros pescados y alimentos. Ahora bien, esta grasa es rica en ácidos grasos poliinsaturados, grasos oleico y linoleico, que son fundamentales para que el organismo funcione correctamente. Por ello, es recomendable para aquellas personas que tienen el colesterol algo alto y lo quieren reducir. Los pescados azules con menos grasa son la trucha o el emperador.
Alto valor nutritivo
Son muchos los nutrientes que presentan los pescados azules, siendo fuentes de vitamina. Ofrece muchas proteínas y además pocas calorías, y una serie de aminoácidos que son totalmente necesarios para el correcto y favorable crecimiento de los niños.
Las vitaminas A, B, D y E también están presentes en esta clase de pescados, aportando los recursos necesarios en cada etapa de la vida, además de ejercer función de antioxidante. Son ricos en potasio, calcio, fósforo, sodio y yodo, con lo que nos dotan de la energía diaria que necesitamos. Pero eso no es todo, porque gracias a sus vitaminas, ayudan al desarrollo de los huesos, al sistema nervioso y previenen el envejecimiento de los órganos del cuerpo.
Problemas cardiovasculares
Los ácidos poliinsaturados, como el Omega 3, son valores nutritivos de los pescados azules, y totalmente beneficiosos para corregir problemas cardiovasculares. Ayudan a regular la coagulación de la sangre y a limpiar y reducir la presión de las arterias, además de impedir la formación de plazas en los vasos sanguíneos.