1.- AFECTO QUE ALIVIA: Jugar con una mascota, acariciarla o compartir tiempo con ella, reduce la tensión arterial y estimula la producción de las hormonas del bienestar. Esto se traduce en un menor riesgo de sufrir ataques al corazón y estrés. Asimismo, tener una mascota también contribuye a disminuir el nivel de colesterol y triglicéridos.
2.- MENOS ALERGIAS: Resulta paradójico pero, según un reporte publicado por el portal Health.com, los bebés que viven con mascotas desarrollan un sistema inmunológico más fuerte. Los estudios indican que el 50% de niños que vivieron con perros durante la infancia tienen menores riesgos de sufrir algún tipo de alergia.
3.- RESPETO Y RESPONSABILIDAD: Tener una mascota ayuda a que las personas pongan en práctica hábitos positivos: establecer horarios, esforzarse para alimentarla, limpiarla y compartir con ella. Por otro lado, esa vinculación afectiva se replica hacia otros seres, incluidos los humanos. En el caso de los niños, aprenden a respetar a los demás y a desarrollar una mejor empatía.
4.- REFUERZO DE AUTOESTIMA: La retribución del cariño y la atención de un animal es un proceso constructivo. Saber que uno es importante para la vida de otro ser ayuda a forjar una personalidad segura y estable. Asimismo, las mascotas son altamente recomendables para las personas que viven solas o para adultos mayores, pues se convierten en una grata compañía. No olvidemos que la soledad es un elemento que suele llevar a la depresión.
5.- PONERSE EN FORMA: De manera tangencial, tener una mascota ayuda a que las personas mantengan una actividad física frecuente. Sacar a pasear al perro es una excelente forma para que ambos –dueño y mascota- se vean beneficiados.
Algo más: Muchos médicos recomiendan tener mascotas como una forma de evitar la depresión, el estrés, la soledad e, incluso, como tratamiento para enfermedades como el Alzheimer.
Amigo Curativo: Tener un perro peruano, también conocido como el perro sin pelo, puede ser de gran ayuda para las personas con asma y artritis. Ello se debe, según la Asociación de los Amigos de los Perros sin Pelo, a la alta temperatura corporal de estos animales.