Feliz viernes a todos.
En primer lugar, pediros disculpas por no haber cumplido casi ninguno de mis propósitos de enmienda; no he conseguido ser más prolífico literariamente hablando y mucho menos he conseguido correr más millas y tomar menos birras, por lo que tengo un gran cargo de conciencia, que me dura justo en lo que me acuerdo en lo de "puta" madre que me lo he pasado estos quince días. Como son muchas las experiencias vividas, y por no extenderme demasiado, dividiré esta entrada en dos partes: en la primera os contaré desde un punto de vista muy particular mis vacaciones en Benidorm y en la segunda intentaré plasmar como es el día a día de un peñista durante las fiestas de Santa Rosa.
"Benidorm"
El viaje comienza con una visita a las urgencias del hospital "Río Carrión" de Palencia tras un accidente, ocurrido apenas 7 horas antes de la hora prevista de salida, sin mayor gravedad, pero que condicionará de manera importante a uno de los miembros de la expedición y en menor medida al resto.
La accidentada fue mi hija Alba, que se resbaló con el líquido derramado al romperse una botella de licor, durante el transcurso de una boda a la que asistíamos y se cortó. No quiero ahondar en quién tuvo la culpa, ni tampoco quiero hacer un alegato en defensa de la lamentable situación en la que se encuentra nuestra sanidad (me prometí a mi mismo no hablar en este blog ni de política, ni de la "puta" crisis), lo cierto es que la pequeña acabó con una bonita sutura de ocho puntos en su brazo derecho, gracias a una cirujana que muy amablemente se prestó a coserla, sin ser su paciente y sin apenas medios, en todo un hospital provincial. Desde aquí mi mayor admiración y gratitud hacia ella.
Todo esto se quedaría en una mera anécdota, si no fuera porque entre las pautas y cuidados que nos indicaron para la correcta evolución del corte, estaban estas dos tajantes prohibiciones: no mojar la herida y no exponerla al sol.
¿Quién es el guapo que le explica a una niña de cinco años, que nos vamos de vacaciones a un sitio con unas playas gigantescas y a unos hoteles con un montón de piscinas y toboganes y no se puede bañar?
Fue ella la que intuyó que no podría bañarse, lo que nos alisó bastante el terreno a la hora de contarle lo que podría y lo que no podría hacer. Se llevó un pequeño berrinche, pero lo asumió con una madurez y una responsabilidad impropias de su edad. Durante toda la semana tuvo sus bajones, sobre todo a la hora del contacto con las piscinas y las atracciones de agua, pero por lo general, a mi me dio una lección como nunca había visto antes de conformidad y resignación, cualidades que en contadas ocasiones van unidas al comportamiento de un niño. Jamás olvidaré la expresión de sus preciosos ojos azules inundados de lágrimas, cuando me dijo: "¡Jo papi, qué mala suerte he tenido! " mirando una de las múltiples zonas infantiles llenas de chorros y toboganes acuáticos en las que estuvimos. Es una auténtica campeona y mi pequeña heroína.
Por lo demás, lo pasamos fenomenal junto a la familia Serrano-González a los que estamos enormemente agradecidos por su paciencia y por ir en todo momento a nuestro ritmo, planificando incluso las excursiones y actividades en función del bienestar de Alba, son amigos con mayúsculas; Jaime, siempre solícito y dispuesto para lo que le pidas (sobre todo si son cañas), Noelia con su eterna sonrisa, sólo ve el lado bueno de las cosas, capaz de contagiar su optimismo hasta al tío más cascarrabias del mundo, que soy yo ;-) y qué decir de la pequeña Irene, la gran amiga de Alba, de una sinceridad enternecedora, hecho que a sus padres les ha costado más de un sonrojo. Aunque han tenido sus más y sus menos, la mayor parte del tiempo se lo han pasado de lujo;
como ellas mismas dicen "son amigas gemelas".
Estuvimos alojados en uno de los hoteles de la cadena "Magic", empresa que se caracteriza por tener unos servicios totalmente enfocados al disfrute de familias con niños y con la peculiaridad de que tienes que pernoctar en el hotel que has contratado, pero puedes hacer uso y disfrute del resto de los complejos (tres de ellos espectaculares). Otro punto a su favor es que te regalan las entradas para los diferentes parques temáticos de la zona: Terra Mítica, Terra Natura, Acua Natura y la famosa cena medieval del hotel "Excalibur"(también perteneciente a la cadena). Todos ellos
super-recomendables.
La verdad es que ibamos con un poco de miedo, porque todo el mundo nos decía que si estábamos locos por ir a Benidorm en agosto, pero al final todo salió a pedir de boca: no sufrimos apenas agobios, el tiempo fenomenal (30º max, 20º min) toda la semana, las peques disfrutaron de lo lindo y los papis ni te cuento, lo que en conjunto hace que si la economía y los trabajos lo permiten, volveremos a Benidorm y a los "Magic".
Como no nos acostabamos excesivamente tarde, también he podido disfutar del running por el paseo marítimo un par de días. ¡Menudo festival!
Aquí os dejo unas cuantas reflexiones que se me pasaron por la cabeza mientras corría por Benidorm.
"En qué pienso cuando corro (...por Benidorm)"
-...Joder, ya estoy empapado, y sólo llevo doscientos metros y cuesta abajo, será la humedad, qué coño la humedad, son las veinte cervezas de ayer...ay,ay, ay me pica el dedo gordo del pie, me pica, uff cómo huele a meados...putos guiris, qué pasa que allí los wc tienen forma de contenedor, es que no se libra ni uno, lalala "...y dale maraca, maraca, maraca" ¡hostias! a esa si que la daba yo maraca, en fin...no se si hay más corredores o más borrachos, es una mezcla entre los san fermines y la san silvestre vallecana, coño uno de Dueñas, me pica el pie, me picaaaa....chof, espero que no sea...sí, sí que era, qué asco, "....y dale maraca, maraca, maraca " joder como se pega la canción del acua-gim, nanana, qué guapas las estatuas de arena, buff...no puedo ni con los huevecillos, me pica, me pica, tengo la lengua como una zapatilla de esparto...coño que bigote, como el de Dalí, si lo que no veas aquí...no sé ni para que he puesto el gps...con toda la fauna que hay aquí como para concentrarse..."y dale maraca, maraca, maraca", joderrrr cada vez que la canto me cruzo con un pivón, parace una señal... menos mal que la Silvi no lee "Millas y birras"...a ver si llego pronto al hotel porque al final me voy a tragar una farola, ya lo veo, uuummm cervezaaa....
Un saludo a todos los viciosos del running.