Franklin llegó a Londres el 27 de julio de 1757, cuando tenía cincuenta y un años. Permaneció en Inglaterra cinco años, y durante ese período su vida fue una de múltiples intereses y vejaciones. Su negocio con los Penns primero atrajo su atención; pero de esos obstinados caballeros no obtuvo más que insolencias y demoras. Después de mucho esfuerzo, la disputa fue llevada ante un comité del Privy Council, donde la Asamblea de Pensilvania a través de su representante prácticamente ganó su caso. Las propiedades propietarias quedaron sujetas a impuestos, y este hueso de la discordia fue eliminado durante un tiempo. LEER MÁS »
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Franklin llegó a Londres el 27 de julio de 1757, cuando tenía cincuenta y un años. Permaneció en Inglaterra cinco años, y durante ese período su vida fue una de múltiples intereses y vejaciones. Su negocio con los Penns primero atrajo su atención; pero de esos obstinados caballeros no obtuvo más que insolencias y demoras. Después de mucho esfuerzo, la disputa fue llevada ante un comité del Privy Council, donde la Asamblea de Pensilvania a través de su representante prácticamente ganó su caso. Las propiedades propietarias quedaron sujetas a impuestos, y este hueso de la discordia fue eliminado durante un tiempo. LEER MÁS »
Franklin llegó a Londres el 27 de julio de 1757, cuando tenía cincuenta y un años. Permaneció en Inglaterra cinco años, y durante ese período su vida fue una de múltiples intereses y vejaciones. Su negocio con los Penns primero atrajo su atención; pero de esos obstinados caballeros no obtuvo más que insolencias y demoras. Después de mucho esfuerzo, la disputa fue llevada ante un comité del Privy Council, donde la Asamblea de Pensilvania a través de su representante prácticamente ganó su caso. Las propiedades propietarias quedaron sujetas a impuestos, y este hueso de la discordia fue eliminado durante un tiempo. LEER MÁS »