Si es tu primera visita, no te puedes perder los mejores posts de 1C11. ¡Muchas gracias!
Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad – Benjamin Franklin
Hace ya un tiempo que quería hacer una reseña de un libro muy recomendable. Se trata de la biografía de Benjamin Franklin, uno de los padres de Estados Unidos. El autor de biografía es Walter Isaacson, del que ya hice una reseña sobre su libro de Einstein. Isaacson también es el autor de la biografía de Steve Jobs.
La época histórica de formación de Estados Unidos como país siempre me ha llamado la atención, y como la biografía de Einstein me había gustado tanto, opté por el libro de Isaacson. No me defraudó. La verdad es que Franklin fue todo un personaje, emprendedor, empresario, político, diplomático, inventor, economista y casi científico, puede que hasta “primer blogger” de la historia. Quizá lo más interesante del libro es que me ayudó a entender un poco mejor la filosofía de vida americana (sí, ya sé que no solo hay una) y por qué tienen algunas características que los hacen tan especiales.
Los leales súbditos colonos y la lejanía a un estado
Una de las cosas que aprendí en el libro fue como los colonos americanos, nunca tuvieron intención real de separarse de Inglaterra. Mejor dicho, de dejar de ser “leales súbditos de Su Majestdad”. Más bien estaban enfadados con el parlamento británico y con los gobernadores que les tocaba sufrir. Franklin mismo visitó Inglaterra como mediador, y su patriotismo americano estuvo en tela de juicio durante algún tiempo, porque no veía tan claro romper con el Imperio Británico. Al fin y al cabo, su padre vino de Inglaterra y buena parte de su familia seguía estando allí.
Los colonos americanos no se sublevaron contra el rey, sino contra las políticas concretas que aplicaban sus gobernadores en esas tierras, que eran vistas como una fuente de ingresos, una provincia lejana, más que como una parte integral de su territorio.
Otro aspecto que me llamó la atención, y que creo que explica muy bien la idiosincrasia americana es la patente falta de estructuras de estado en las colonias. A diferencia de la vieja Europa, donde desde tiempos de los romanos, ya había un estado que hacía carreteras, tenía leyes, recaudaba impuestos, etc…. casi nada de eso existía en las colonias americanas. Esto inculcó una filosofía de “busquémonos la vida” que creo que siguen llevando en el ADN como pueblo. Mientras que en Europa el espacio para la iniciativa personal o de grupo estaba más limitado, en las colonias americanas, el margen era mucho mayor, y también los problemas.
Algunos ejemplos claros de esto son las iniciativas que impulsó el propio Franklin para crear unas milicias de autodefensa, un cuerpo de bomberos en su ciudad o una universidad. Ante la falta de estructuras ya establecidas, fueron los propios ciudadanos los que tuvieron que organizarse para proporcionarse servicios básicos como seguridad, defensa o educación. Este hecho creo que les ha dejado una impronta importante en su forma de ver la sociedad.
Quizá el reto que tiene ahora USA, creo yo, se que siguen conservando esta vida bucólica de los colonos, es los que la iniciativa individual lo podía todo, cuando realmente se han convertido en imperio que necesita de estructuras de estado para poder gestionar mejor algunos aspectos de su país, como pueden ser la sanidad. Algo que sí han hecho con su defensa, aunque sigan manteniendo su ingenua pretensión de la “autodefensa” individual a través de la legalidad de la posesión de armas. Es posible que a Europa le está costando mucho quitarse años y años de megaestados, pero a USA también le está constando dotarse de algunas estructuras de estado imprescindibles.
El político y diplomático
Como político me llamó la atención sus habilidades personales, y cómo sabía “manipular” a sus adversarios para ir construyendo iniciativas. No es de extrañar que tras la declaración de independencia, fuera llamado a ser uno de los padres de la constitución americana. Un truco fascinante de esta forma de ser es cuando le pidió a un enemigo declarado un favor. A nadie se le hubiera ocurrido, pero el estimó que no tenía nada que perder, y que al hacerlo, mostraba una debilidad y que su enemigo podría verse tentado a ayudarle precisamente por ello.
Su carrera como diplomático en Francia también es digna de conocer, tanto por la buena vida que se pegó como por los contactos y la admiración que creó. No es de extrañar la buena relación y admiración que casi siempre han tenido franceses y norteamericanos. Sí, la rivalidad de ambos con Inglaterra también ayudó un poquito. Por cierto, que en esta época, y en el plano personal Franklin, parece que dejó bastante que desear dejando a su familia bastante de lado.
Algo también reseñable es que fomentó la creación de un papel moneda exclusivo de Pennsylvania para fomentar el comercio local, ¿os sueña? Ya os comenté esta idea sobre crear monedas locales para estimular la economía. Sí, era una moneda inventada, pero funcionó. Una propuesta que alguien podría recoger aquí para estimular la economía y la creación de empleo.
El “científico” y blogger
Si algo le impidió a Franklin llegar a ser un grandísimo científico fue su falta de una insuficiente formación matemática. Sin embargo, sí que hizo algunas contribuciones interesantes a la ciencia aplicada, la más conocida de ellas, la invención del pararrayos. Además inventó las lentes bifocales, un modelo de chimenea más seguro o unos catéteres urinarios. Llegó a ser elegido miembro de la Royal Society.
Algo que también me llamó la atención fue su capacidad de influir en la sociedad de su tiempo a través de la presa escrita y de boletines que el mismo financiaba o publicaba. Muchas veces escribía con pseudónimo y se podría ver somo el primer “blogger” moderno en este sentido. De hecho, no me cabe duda de que hubiera firmado un blog ahora mismo de haber vivido nuestros tiempos.
En definitiva, si os interesa conocer mejor los orígenes y fundamentos del “American way of life” creo que no hay mejor forma de hacerlo que con esta excelente biografía de uno de sus padres fundadores. Como todas las biografías de Isaacson, documentada, entretenida y muy jugosa.