Me sorprendió ver una mañana a comienzos del invierno del año pasado un benteveo posado en un árbol que está enfrente de mi casa con algo en el pico, en ese momento justo llegaba de hacer una recorrida de observación y fotografía por el campo, así que apunté rápidamente con la cámara que por fortuna tenía en mis manos y le hice una rápida secuencia de fotos antes que se devorara el caracol que por lo visto era un ejemplar muy joven comparando su tamaño con el pico, suelen crecer mucho más. Estaba golpeándolo contra una superficie dura, esta vez contra las ramas del árbol, esta y otras especies tienen esa costumbre antes de engullir una presa, para matarla y ablandarla antes de tragarlas enteras. Este comportamiento fue el que desvió mi atención hacia el ave que de no haberlo hecho hubiera pasado desapercibida para mi.
Una especie exótica introducida en Argentina, ampliamente distribuida y que puede ser un gran problema en los jardines es el caracol de jardín (Helix adspersa), ya que casi no tiene depredadores naturales en estas tierras. No obstante algunos animales los devoran por ejemplo gallinas domésticas, algunos patos silvestres aunque estos habitualmente en estado salvaje no los devoran porque los caracoles por lo general no están presentes en su hábitat natural.
Me sorprendió ver una mañana a comienzos del invierno del año pasado un benteveo posado en un árbol que está enfrente de mi casa con algo en el pico, en ese momento justo llegaba de hacer una recorrida de observación y fotografía por el campo, así que apunté rápidamente con la cámara que por fortuna tenía en mis manos y le hice una rápida secuencia de fotos antes que se devorara el caracol que por lo visto era un ejemplar muy joven comparando su tamaño con el pico, suelen crecer mucho más. Estaba golpeándolo contra una superficie dura, esta vez contra las ramas del árbol, esta y otras especies tienen esa costumbre antes de engullir una presa, para matarla y ablandarla antes de tragarlas enteras. Este comportamiento fue el que desvió mi atención hacia el ave que de no haberlo hecho hubiera pasado desapercibida para mi.
Me sorprendió ver una mañana a comienzos del invierno del año pasado un benteveo posado en un árbol que está enfrente de mi casa con algo en el pico, en ese momento justo llegaba de hacer una recorrida de observación y fotografía por el campo, así que apunté rápidamente con la cámara que por fortuna tenía en mis manos y le hice una rápida secuencia de fotos antes que se devorara el caracol que por lo visto era un ejemplar muy joven comparando su tamaño con el pico, suelen crecer mucho más. Estaba golpeándolo contra una superficie dura, esta vez contra las ramas del árbol, esta y otras especies tienen esa costumbre antes de engullir una presa, para matarla y ablandarla antes de tragarlas enteras. Este comportamiento fue el que desvió mi atención hacia el ave que de no haberlo hecho hubiera pasado desapercibida para mi.