Berberis es un género que incluye alrededor de 500 especies de arbustos perennes y de hoja caduca con alturas que van de 1 a 5 metros. Los hay de porte erecto o compacto, de extendido a rastrero. Existen verdes, dorados, púrpura, caducos o persistentes, de vástagos espinosos o inermes.
Las hojas que se encuentran en los tallos largos no tienen función de fotosíntesis y han evolucionado en espinas triples de 3 a 30 mm. Las especies caducas como Berberis thunbergii y B. vulgaris son notables por la coloración que muestran en otoño. Las hojas adquieren un color rosa o rojo antes de caer.
Las flores brotan simples o en racimo, en este último caso hasta veinte en un mismo tallo. Son de color amarillo o naranja, de 3 a 6 mm de longitud, con seis sépalos y seis pétalos en grupos alternos de tres.
Las bayas son comestibles, ricas en vitamina C, y de sabor ácido. Es difícil recolectarlas por los tallos espinosos. Son un alimento importante para muchas pequeñas aves, que ayudan además a dispersar las semillas. En Irán el fruto seco, conocido como Zereshk es de consumo común. En Ucrania se usa como aromatizante en una confitura muy popular. En la Patagonia y otras regiones de Sudamérica algunas especies de Berberis conocidas como calafate y/o michay eran conocidas y consumidas ya por los pueblos originarios, y existen varias leyendas sobre la interacción humana con la planta.
Muchas se cultivan en los jardines como especie ornamental, y también sirven como cercos vivos, impenetrables por su denso follaje y sus agudas espinas.