Berlín: comer y beber a precios baratos

Por Jmbeltran @Beltran_JoseM

Viajar y disfrutar del paladar alemán se encuentra al alcance de todos los bolsillos, y Berlín no es la excepción.

Berlín no encaja con los tópicos alemanes. La ciudad, acosada también por la crisis que no solo impera en el resto de Europa, ofrece una gran variedad de restaurantes para todos los gustos a unos precios al alcance de cualquier bolsillo.

Ni que decir tiene que en determinados barrios, como por ejemplo en Kreuzberg, la comida turca es la predominante. Pero, acercarse a Berlín y no degustar la típica comida alemana, más allá de las clásicas salchichas que en cualquier punto de la ciudad puedes obtener en diferentes puestos ambulantes, sería imperdonable.
Hoy me voy a centrar en tres típicos restaurantes, y por qué no decirlo también turísticos, aunque observé mucha gente del lugar. Locales espaciosos, con una decoración especial donde predominan las fotografías y los grafitis, largas mesas de madera, en algunos casos acompañadas de bancos como asientos y, sobre todo, un ambiente muy alemán en el que no podía faltar su excelente cerveza. Cabe decir, como norma general para cualquier local, que la comida se sirve muy abundante y siempre acompañada de verduras –el famoso choucroute (sauerkraut)- y patatas. ¡Vamos, que dependiendo del estómago de cada uno, un solo plato puede ser perfectamente compartido!.
En el 185-190 de Friedrichstrasse, en uno de los puntos neurálgicos del Mitte, nos encontramos con Maximilian’s Restaurant. Tiene dos entradas, una por la propia Friedrichstrasse, donde parece que entras a un bloque de apartamentos y oficinas, que da cabida a un gran patio cubierto y acristalado y, la otra, haciendo esquina con Kronenstrasse, donde encontrarás en la puerta de entrada un enorme muñeco, vestido típicamente y con una jarra de cerveza, dándote la bienvenida.
Hora de comer. Aquí nos inclinamos por 2 buenas jarras de cerveza de Paulaner Münchner Hell, elaborada por primera vez a finales del siglo XIX) y con un sabor muy ligero (3,70€). Lo acompañamos con un excelente, a juicio de mi querida ciudadana Nuria, Rindergulasch (13,50€) y, para un servidor Bayerische Wurstparade (12,60€), que en cristiano es un surtido de salchichas acompañadas de choucroute, puré de patatas y salsa. De postre, un estupendo y típico Apfelstrudel (5,50€) y un espresso (2€). Total de la cuenta, para dos personas, 41,80€ y plenamente satisfechos.
La cerveza cotiza en Bolsa en el Berliner Republik.
En el número 6-8 de Schiffbauerdamm, a orillas del canal del Spree, también en el Mitte, nos encontramos con otro típico y muy peculiar local berlinés. Se trata del Berliner Republik. Las paredes y techos, profusamente decoradas con fotografías y murales nos hacen retrotraer a tiempos lejanos. Un gran ventanal nos acerca al Spree, donde también se ha ubicado una terraza de verano y, cerrando nuestra vista la imponente estación de metro y tren de Friedrichstrasse. Los baños públicos, se encuentran decorados al estilo de la East Side Gallery, en el muro de Berlín.
Aparte de la comodidad y el ambiente del local, que se acompaña ¡como no! con una estupenda comida que pasaré a relatar, la originalidad de este local está en su cerveza, o mejor dicho, en la subasta pública de la misma. En el Berliner Republik, a partir de las 5 de la tarde, el precio de la cerveza se estipula según los vaivenes del mercado como si de una Bolsa se tratase. En varias pantallas podrás ver la cotización o precio de cada una de las cervezas. En el momento de pedir, pagarás el precio estipulado en pantalla; pero es muy posible que, de acuerdo a la oferta o la demanda, cuando te sirvan la cerveza su precio haya podido aumentar o bajar. Las marcas más demandadas cotizan al alza y las de menor pedido las podrás obtener a precios sensiblemente baratos. Tú elijes, eso sí, te aseguro que todas están buenísimas.
Echando mano del menú, como entrada, esta vez nos decantamos por 2 Kartoffelsuppe (4,80€). Es esta una sopa tradicional alemana donde predomina, como ingrediente principal, la patata cocida con verduras y mezclada con carne o trozos de salchicha. Realmente deliciosa. Como plato principal, un servidor se rindió por segunda vez al clásico codillo (Schinkeneisbein), servido en una fuente y acompañado de patatas, choucroute y salsa (12,90€). El mejor codillo que comí en Berlín. Mi ciudadana, prefirió degustar el Bulette mit Kraut (8,90€), unas estupendas albóndigas rellenas de verdura, acompañadas de salsa, patata y choucroute. Un espresso y dos buenas cervezas Bittburger (2,40€). Total de la factura para dos: 39,30€ y plenamente saciados.
Unos metros más allá, en la misma esquina de Schiffbauerdamm con Albrechtstrasse (de hecho los locales están seguidos) nos encontramos con el turístico Ständige Vertretung, también con amplios ventanales sobre la calle. Cumple con las mismas características que el anterior y también dispone de una terraza de verano al borde del canal. Entre sus mesas exteriores, un pequeño fragmento del muro que por allí pasaba dividiendo la ciudad. Cenamos allí, estando el local repleto aunque solo tuvimos que esperar unos minutos para conseguir mesa. Un buen número de mesas son alargadas por lo que tienes que estar predispuesto a compartir mesa con otros comensales. Fue allí, aunque fuese como cena, donde probé por primera vez el codillo, acompañado como es mi costumbre con una buena sopa. Cerveza de medio litro y postre, que por supuesto fue un Apfelstrudel. Nos hicieron la cuenta (hacía tiempo que no vivía esa experiencia) sobre la misma mesa y, como es costumbre en Berlín, realmente barato: 28€.

Volveremos a Berlín, una ciudad sin cuestas y con un gran ambiente cultural, artístico, y donde se respira tolerancia y libertad. Pero, sin ningún género de dudas, volveremos a realizar parada y fonda al objeto de disfrutar de su excelente comida y abundante cerveza. Después de saciar nuestra sed y hambre solo me queda desearos: SALUD, ciudadanos viajeros.