Berlín es así un escenario político y también filosófico de los dos paradigmas de vida contemporáneos, uno que demostró su fracaso y el otro que por contraposición y como seña de identidad de su victoria es aquí más ostentoso.
Berlín es también la escena y la sede de la usina de uno de los horrores más grandes que jamás vivió la humanidad: el nazismo. Aquí sucedieron las escenas más simbólicas de la locura de Hitler, aquí estuvo la sede de las SS , de la Gestapo, de la Wehrmacht.
Las instituciones políticas cerca del Bundestag
Y Berlín también es poseedora de esa grieta llamada Muro, que fue una de las consecuencias de la tragedia y de ese inefable reparto que se hizo de la ciudad entre los 4 vencedores de la Segunda Guerra Mundial, pero que sobre todo la estigmatizaron en el reparto Este /Oeste, o sea Comunismo/Capitalismo.
Impresionante la revisión histórica de la Topographie des Terrors al lado de un trozo de Muro
Desde el final de la II Guerra Mundial , Berlín ha llevado adelante una reconstrucción imparable, que desde el 9 de noviembre de 1989 cuando cayó el Muro se puede llamar reunificación y reensamblaje de una ciudad que vivió dividida durante 35 años y con el muro agrietando sus entrañas durante veintiocho años.
Todas estas señas de identidad son con las que tropiezas cuando visitas Berlín, sumadas a sus bellos monumentos anteriores al siglo XX; y la impronta racionalista que le dejó el comunismo del lado del este, que a veces parece el decorado de una película, y por ende, tiene cierto encanto. El Karl Marx Allee es una imponente exposición de la construcción socialista, de algo que escuché llamaban "barroco stalinista", pero en definitiva es una reflexión sobre qué es o debe ser la vivienda masiva.
Vayas por donde vayas todo es grandioso: con esa impronta prusiana que dejó huella, avenidas inmensas, bulevares anchísimos, concepción del espacio incluyendo las alturas, edificios rotundos para certificar la existencia del estado , de la cultura y del arte; y ahora esa frescura y modernidad que han dado sus nuevos ocupantes tras la caída del muro, pero que parece que ya ha dejado de ser tan meca de lo "cool" dados los altos precios de todo.
El río Spree frente a la berliner Dom
A cada paso Berlín te propone una reflexión, la abordes por donde la abordes. Más que una visita turística la ciudad te provoca a reflexiones históricas, a reflexiones políticas y a reflexiones humanas. Es sin duda una ciudad para disfrutar, pero es una ciudad para pensar.
En sucesivos post, iremos organizando sugerencias para abordar la ciudad y para sacarle partido con sus "must see" y con el "cómo moverse".