Besalú y su tesoro escondido

Por Mteresatrilla

A poco más de 30 km de Girona y dentro de la comarca de la Garrotxa, se encuentra el bonito pueblo de Besalú, un conjunto urbano monumental y arqueológico de primer orden con un bien conservado patrimonio medieval que ya en 1966 fue declarado conjunto histórico- artístico nacional.
Ligado anteriormente al condado de Girona, en 894 Besalú pasa a ser un condado con dinastía propia cuando Wifredo el Velloso coloca a su hermano Radulf (894-913). Le sucedieron varios condes hasta que en el año 1111 muere Bernat III sin dejar descendencia, perdiendo entonces la condición de condado y pasando a formar parte de la Casa de Barcelona.


Paseando  por sus calles y plazas vamos descubriendo magníficos edificios que merecen nuestra atención. Entre los edificios religiosos destacan la iglesia de Sant Vicenç (S. XI) y la de Sant Pere (S. X). Esta última formaba parte de un monasterio benedictino cuyo claustro acogía a los muchos peregrinos que acudían a Besalú durante la Edad Media. Prueba de ello es el Hospital de Sant Julià, un hospital para peregrinos (S.XII) destinado a la atención de los viajeros que pasaban por Besalú en la ruta del Camino de Santiago.

Iglesia de Sant Vicenç

Detalle de la iglesia de Sant Vicenç

Iglesia de Sant Pere

Iglesia de Sant Pere

Detalle Iglesia Sant Pere

Antiguo Hospital de Sant Julià

Detalle Hospital de Sant Julià

Como edificios civiles destacan la Casa Cornellà (S.XII) y muy especialmente el magnífico puente (S.XI) sobre el río Fluvià, el símbolo de la villa. Su construcción es de siete arcos y aprovecha las rocas del río como asentamiento de los pilares. En el centro del puente destaca la torre fortificada lugar donde todo aquel que quería acceder a la villa debía pagar el tributo condal o pagus. Por desgracia, durante la Guerra Civil el puente fue parcialmente dinamitado y en realidad tal como lo observamos actualmente es el resultado de varias reconstrucciones.

Diferentes imágenes del puente fortificado

En Besalú se estableció una importante comunidad judía que representaba alrededor de un 25% de la población total y que convivía en perfecta armonía con la cristiana. Consta en los documentos escritos que en el año 1342 se independizó de la comunidad judía de Girona iniciándose entonces una época de esplendor que duró hasta 1391 cuando empieza su persecución. La Bula que en 1415 promulgó el Papa Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna, obligó a los judíos a vivir en las Juderías y se eliminó cualquier signo de convivencia con la comunidad cristiana. Hasta entonces habían ocupado las calles más importantes del pueblo, como la Plaza Mayor, calle del Pont, calle del Forn, Calle Rocafort y Portal de Belloch pero muchos de ellos abandonan Besalú y algunos se convirtieron al cristianismo. La Judería (o Call en catalán) de Besalú estaba distribuida alrededor de una plaza donde se encontraba la sinagoga y ocupaba la zona entre el castillo y las murallas.La sinagoga se construyó en el año 1264 bajo una autorización del rey Jaume I el Conquistador y se utilizó hasta la primera mitad del siglo XV cuando las últimas familias judías abandonaron la villa. A partir de ese momento se dieron diferentes usos al edificio, como molino de aceite o tintorería hasta el siglo XVIII en que se derribó y el espacio fue ocupado por una plaza cuyo nombre recuerda sus orígenes, la Plaça dels Jueus (o plaza de los Judíos). Desde aquí tenemos una bonita vista del puente medieval y del río. Se pueden ver algunos restos de lo que fuera ese edificio público y con mucha, mucha imaginación – que a mi no me falta – se puede llegar a intuir como debía ser una jornada en aquel entorno. Si las piedras hablaran seguro que podrían recitar de memoria los textos sagrados de la Torah que tantas veces escucharían a lo largo de los más de 200 años que existió la sinagoga que vio crecer varias generaciones de judíos besalunenses.

Restos de la sinagoga

Estrecha calle que desemboca en la Plaça dels Jueus

Y para el final dejo la guinda, el Miqvé o casa de baños rituales que particularmente fue lo que más me interesó de la visita a Besalú por el simple hecho de que nunca antes había conocido un lugar que cumpliera esta función. No es fácil visitar un Miqvé ya que el de Besalú es el único que se conserva en pie en España, o al menos que se haya descubierto hasta ahora y es uno de los tres baños de purificación de estilo medieval (S.XII) que existen en Europa. Fue descubierto en 1964 de forma casual, cuando el propietario del terreno ordenó unos trabajos de perforación de un pozo.La única forma de acceder es con una de las visitas guiadas que organiza la oficina de turismo situada bajo los pórticos de la Plaça de la Llibertat. Junto a la sinagoga se encuentran las estrechas escaleras que conducen a una sala subterránea que contiene la pequeña piscina rectangular. Por el aspecto del lugar, en seguida intuyeron que se podía tratar de un Miqvé y, efectivamente, así lo confirmaron los rabinos de París y de Perpignan ya que se cumplían todos los requisitos indispensables para que así fuera:

Primero: Tiene que haber 36 escalones. La guía nos comentó que ese número tenía relación con la cábala y aquí quedó todo. Buscando información he encontrado en que consiste esa relación:Para los judíos, 36 es el número de hombres justos por generación, señalado en el Talmud. Doce fueron las tribus de Israel y tres son los rezos diarios.; Si un justo de cada tribu cumpliera los tres rezos diarios, evitando los términos técnicos se cumplen 36 rezos. La Bóveda celestial tiene 360° la cual se divide en 36 periodos iguales de 10 días regidas por un sabio. Tres veces el numero de apóstoles, Tres veces los meses del año. Si lo vemos por el lado oscuro 36 = 3x6 = 18 = 18x2 =36 = 3+6 = 9 =9x4 = 36. Gráficamente 36 es 666 el número de la bestia. Si suman del 1 al 36 de la manera siguiente 1+2+3+4+5+6+7+… +36 da como resultado nuevamente 666.

Segundo: Capacidad de 40 saha (unos 300 litros).

Tercero: Acceso directo de agua de una fuente natural, un río, el mar o un estanque, en este caso del río Fluvià que entraba por filtración.

Escaleras que descienden hasta el Miqvé

Miqvé


El pequeño recinto está tallado en piedra, bóveda de cañón y tiene una estrecha ventana encarada al este, en dirección a los lugares sagrados de Jerusalén.Los judíos debían cumplir el ritual de purificación espiritual en diferentes ocasiones. Una vez limpios y bien peinados, se entraba en la piscina y se sumergían totalmente en el agua tres veces. Las mujeres lo hacían después de la menstruación, durante el embarazo y después del parto o la boda y los hombres antes del Sabath, cada viernes antes de la puesta de sol. También lo hacían antes del Yom Kipur, que es el día judío del arrepentimiento, el día más santo y solemne del año.

Una buena manera de redondear el día es comiendo algún plato típico de la comarca en la Fonda Siqués, un establecimiento con años de historia. Cuando se fundó, a finales del siglo XIX era una parada obligada para los transportistas que abastecían las comarcas de montaña y debían cambiar los animales de los carruajes.El gran comedor era la antigua cuadra y todavía se conservan el pesebre y el abrevadero originales. 


Otras imágenes de distintos rincones del pueblo: