Besos y golpes

Publicado el 02 marzo 2020 por Carlosgu82

Felicidad y desgracia cohabitando como enemigas que ya no se deben nada. Sin desligarse una de la otra van apurando zancadas, a veces cortas a veces largas. Una traición desmedida. Un golpe sucio y bajo. Una simple decepción. El más duro que imagines de los dramas. Una ausencia o un adiós.

Y tras los pequeños momentos de felicidad, que corren más rápido, y tras su paso, colándose entre las grietas de las paredes húmedas del desengaño, siempre saltando charcos, minas antipersonas del amor hermoso; va sigilosa la huella que abre paso a la suerte o a la desgracia.

Rivales declaradas del angosto paso. Decir una es decir otra.

Desfile de contrarias. Siempre alternando. Siempre sucedidas. Atraídas y antagónicas.

Si el día existe lo hace la noche, el calor sucede al frío, el bien no es bien si no hay un mal y no hay un sí sin un no… y así hasta el infinito de los términos.

La desgracia le pisa los pasos a la felicidad. Y la lucha de poder se ha convertido en una victoria pactada. Diez años de felicidad por diez de desgracia. No me salen las cuentas. No me cuadran.

Por eso, como secuaces esbirros de lealtad incuestionable, ansiamos y necesitamos sentarnos a cenar con ella. Con la perseguida, con la deseada. Cueste lo que cueste. Somos muchos y valientes y ella una, selectiva y poderosa.

Luz secuestrada, llanto de desamor. Contigo, felicidad, yo me encuentro mejor. Quédate conmigo a mi vera. No te muevas, no respires. No tengas prisa. No te vayas. Que el mal no justifica los medios, pero tiene siempre una razón, no darle tiempo al amor. Y un respeto aquí se quiere.