Bestias durmientes, de Laura Tejada

Publicado el 06 junio 2019 por Daniel Daniel Pérez Castrillón @Mangrii
Bestias durmientesLaura TejadaEdiciones DornaTapa blanda | 95 páginas | 3€/10€


¿Cómo te sentirías tras despertar en mitad del bosque enterrada bajo tierra? Aterrada, verdad. Cuanto menos, confusa. Así despierta una noche Lisa Hyde, la protagonista de Bestias durmientes. Alguien irrumpió anoche en su casa, pero Lisa no consigue acordarse de nada. Ni que paso ni como llego a estar enterrada en el bosque. Pero ella siente que algo ha cambiado dentro de ella. Lisa empieza a experimentar alucinaciones y vacíos temporales de memoria ¿estrés postraumático? ¿se está volviendo loca? No es capaz de asegurar nada con certeza, solo que su nuevo vecino no le da buena espina. Mientras Lisa lucha día tras día por descubrir la verdad, su vida se vuelve cada vez más extraña.
Laura Tejada teje un ambiente repleto de incertidumbre, paranoia y desconfianza. La tensión y extrañeza es palpable en cada escena. ¿Qué le está ocurriendo a Lisa? ¿Qué sucedió esa noche? Las preguntas se tornan más y más inquietantes durante el desarrollo de la historia. Las escenas juegan con el filo de la realidad como constante para hacernos cuestionarnos la fiabilidad de Lisa como narradora. Laura fabrica sus escenas con mucho mimo: personajes que generan duda e interés, ambientes siniestros, y descripciones que llegan a hacerte temblar durante algún pasaje. Bestias durmientes es un libro de sensaciones. Una novela corta desagradable por momentos, tensa en toda su extensión, e inquietante en cada giro de hoja.
"No solo era su mundo lo que estaba cambiando, sino también su interior, algo no iba bien ahí dentro. Era como si su cuerpo fuera un puzle obligado a encajar sin una de sus piezas, así que tenía que presionar, recortar y pegar las que quedaban hasta que la imagen fuera como la de antes, pero eso no pasaría, ese puzle no volvería a estar completo jamás."
Como la nueva ola del cine de terror actual, Laura no juega con sustos o grandes momentos de asco. Su terror se acerca más a películas como Hereditary, The Witch o El resplandor que a cualquier entrega de Paranormal activity o Halloween. La andaluza nos plantea un tablero de sensaciones y su terror deriva en una vertiente más psicológica. Una excusa perfecta para explorar los miedos y realidades personales. Un miedo que viene de lo más profundo de la mente y de las emociones de cada uno. La angustia de Lisa se siente cercana y real. Sus miedos son nuestros miedos. Su paranoia e irrealidad es nítida ante nuestros ojos. El viaje personal de Lisa hace crecer a la novela corta un puntito más.
Bestias durmientes está concebida para leerse del tirón. Y si no lo está, te obliga a ello. Su corta extensión y la forma en que está escrita hace al lector decirse: necesito una página más y necesito descubrir que diantres está ocurriendo. Entre los guiños a personajes o películas de género y la atmósfera enrarecida, crean un cóctel molotov imposible de soltar. Sentí a Jack Torrance susurrando a la oreja Lisa Hyde, la opresión de una habitación digna del Bates Motel, así como la tensión palpable en las conversaciones y cenas de la serie Hannibal. Lo que no me esperaba, era el giro fantástico (o si lo esperaba, pero no con ese propósito). Una historia autocontenida, que no necesita ni un ápice más y que hará las delicias de cualquier lector de género.
Llevo leyendo a Laura Tejada desde que empezó a publicar. He podido ver su evolución. De Los mundos de Täryenn a Bestias durmientes, la andaluza parece haber encontrado su rumbo. Su estilo, su tono e historias con las que se siente más cómoda. Es una delicia devorar una novela corta de una sentada con tal ansia que no te apetece soltarla. Es de agradecer que una lectura te provoque sensaciones e inquietud. Bravo Laura. Bravo Ediciones Dorna. Queremos más.
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