Entre la enorme cantidad de perros de compañía que pueden ser adoptados por cualquier familia hay un grupo que se distingue por inspirar ternura, ser de tamaño pequeño y asombrar con su inteligencia: el de los bichón.
Tal como hemos informado en otras oportunidades, esta familia nuclea al bichón frisé, al bichón habanero y al bichón boloñés, entre otras variedades.
Sobre el bichón boloñés, por ejemplo, se puede señalar que es un animal algo difícil de conseguir a nivel mundial, por eso su naturaleza exclusiva lo vuelve más codiciado aún.
Esta mascota de origen italiano, por su pelaje blanco, se asemeja a una diminuta “bola de algodón”. Quienes tienen el privilegio de apreciar uno de cerca, aseguran que parecen de “juguete” por su apariencia y peso (de entre 2,5 y 4 kilogramos en promedio), una consideración que puede resultar simpática siempre y cuando se sea consciente que, más allá de las sensaciones que provoque su aspecto enternecedor, se trata de un animal que debe ser respetado y protegido como cualquier otro.
Características del bichón boloñés
El bichón boloñés es dócil, tranquilo, inteligente y fiel. Con los niños es muy afectuoso y suele prestarse de buen modo a los juegos. Tal vez en el interior del hogar no se muestre demasiado activo, pero al aire libre se permite correr y gastar energía.
La convivencia con ellos no es problemática, pero sí hay que tener en cuenta que si se los consiente en exceso y se les da el espacio para imponerse de algún modo, se vuelven ladradores, posesivos o incluso llegan a sufrir ansiedad cuando se quedan solos.
También resulta interesante saber que, para minimizar inconvenientes de salud y extender al máximo posible sus años de vida, el bichón boloñés debe ser sometido a cepillados diarios, recibir una dieta sana y equilibrada y ser controlado con frecuencia para detectar, sobre todo durante la primavera y el verano, posibles síntomas de alergia o infecciones de piel.