Bicicletas eléctricas y plegables: ventajas

Por Rafael @merkabici

Las bicicletas eléctricas son la última revolución del mercado. Abogan por una conducción ecológica y saludable, además de permitir un gran ahorro de dinero. Estas bicicletas llevan incorporado un motor eléctrico que ayuda a los ciclistas en el pedaleo. Garantizan una mejora del rendimiento con un menor esfuerzo. Mientras se pedalea el motor permanecerá encendido, pero en el momento en que el ciclista dejar de accionar los pedales el motor se apaga automáticamente. La potencia del motor no excede de los 250 W.

Pero ¿y si a estas ventajas le sumamos que las bicicletas eléctricas sean además plegables? Son el medio de transporte más cómodo nunca antes creado. Permiten reducir su tamaño de forma considerable y llevarlas a cualquier sitio. No tendríamos problemas de aparcamiento y nos evitaríamos, además, muchos atascos. Veamos sus ventajas en profundidad

Las bicicletas eléctricas plegables son idóneas para mantener una vida activa y caracterizada por la realización de ejercicio físico. No hace falta que le dediquemos tiempo al deporte, bastará con ir a trabajar o al punto de encuentro con amigos en bicicleta. De esta forma, estaríamos aprovechando el tiempo a la vez que tonificamos nuestro cuerpo y mejoramos nuestra salud. La ventaja es que llegaremos al punto de destino con buena presencia ya que el motor de este tipo de bicicletas reduce en gran medida el esfuerzo en el pedaleo. El sudor no será un problema.

Las bicicletas eléctricas plegables eliminan las largas colas de atascos que se forman en las carreteras a las horas punta. No es necesario salir de casa con 30 minutos de antelación, como poco, ya que nos aseguramos llegar al trabajo o a la reunión a la hora establecida.

Las bicicletas eléctricas plegables a horran también tiempo a la hora de encontrar aparcamiento. Podremos beneficiarnos de su capacidad para plegarse y subirla con nosotros a la oficina o meterla dentro del bar donde están todos nuestros amigos ya que ocupan poco espacio

Las bicicletas eléctricas no emiten gases de efecto invernadero, por lo que son responsables con el medio ambiente y no contaminan. El mayor uso de las bicicletas como medio de transporte daría lugar a una ciudad más limpia y caracterizada por el aire puro, es decir, se ganaría en calidad ambiental.

El motor de las bicicletas eléctricas hay que recargarlo cada cierto tiempo. Sin embargo, esto no supone un problema debido a que se puede recargar en cualquier enchufe. De esta forma, podemos enchufarla tanto en casa como en los establecimientos con enchufe.

La electricidad que consumen las bicicletas eléctricas es mucho más barata que el gasóleo o la gasolina que necesitan los coches. En España, el coste del Kw/h está a 0,08. Además, la autonomía del motor dura entre 20 y 100 kilómetros.

Las bicicletas eléctricas pueden ser conducidas por cualquier persona, a diferencia de los vehículos con motor. No requieren ningún carné de conducir, solo que la persona esté capacitada para controlar una bicicleta: no sufra de problemas de visión o de salud y que sepa montar en bicicleta.

Otra ventaja de las bicicletas eléctricas es la subvención que reciben en España. El Gobierno destina 200 euros a la compra de bicicletas eléctricas siempre y cuando no incluyan baterías de plomo y la batería tenga una autonomía de entre 20 y 60 kilómetros. Esta financiación supone grandes ahorros para los ciclistas a diferencia de los conductores de coches o vehículos a motor.