Biden, desde la Casa Blanca.
Sánchez, desde la Moncloa.
El pasado viernes, Joe Bilden, explicó, según Europa Press, que la evacuación está siendo muy complicada e informó de que ya han sacado, desde el pasado 14 de los corrientes, a unas 13.000 personas del país. El presidente de Estados Unidos calificó las evacuaciones desde la capital de Afganistán, Kabul, como “el puente aéreo más grande y difícil de la historia”. Biden aprovechó las preguntas de prensa sobre el repliegue de las tropas estadounidenses, espetando que su propio hijo murió luchando en Afganistán y afirmando que no entiende por qué quieren que sigan muriendo soldados en esa guerra. “¿Para qué?”, se preguntó.
Biden indicó que Washington hizo un “progreso significativo” en las operaciones de evacuación, detallando que “miles de personas más” serán evacuadas en vuelos chárter puestos en marcha por el Gobierno y puntualizando que en los mismos viajarán ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes, solicitantes de visados y afganos que han trabajado “junto a nosotros”. “Este es uno de los mayores y más difíciles puentes aéreos de la historia y el único país del mundo capaz de proyectar tanto poder al otro lado del mundo con este nivel de precisión es Estados Unidos”, defendió Biden en rueda de prensa desde la Casa Blanca. Y a pesar de las escenas caóticas vividas durante los últimos días en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, se mostró optimista respecto a los trabajos de evacuación e insistió en que “cualquier estadounidense que quiera volver a casa, volverá a casa”.
En este sentido, el mandatario reiteró que Estados Unidos “mantiene su compromiso” con los afganos, en el que incluye a los ciudadanos vulnerables, las mujeres con proyección pública y los periodistas y remarcó que Washington movilizará “cualquier recurso necesario” para lograrlo. El mismo día, los talibanes mantenían su férreo control de los accesos al Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, epicentro de una cascada de evacuaciones internacionales a la que cientos de ciudadanos locales intentan acceder de forma desesperada, buscando atravesar un cordón insurgente en el que se registran disparos al aire o latigazos.
Por otra parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, mantuvo dos días después una conversación telefónica con Joe Biden, en la que ambos abordaron la situación actual de Afganistán tras la toma del poder por parte de los talibanes. Sánchez dio a conocer su conversación con Biden a través de las redes sociales, con una fotografía del momento en el que charlaba con él por teléfono y una breve explicación de los temas abordados entre ambos. Sánchez informó a Biden de que España está trabajando “estrechamente con sus socios y aliados en las tareas de evacuación de afganos vulnerables”. Además, el presidente español relató al norteamericano el mecanismo puesto en marcha en la base aérea de Torrejón para actuar como 'hub' del Servicio de Acción Exterior de la UE, mediante el cual “irán llegando a nuestro país los ciudadanos afganos que han colaborado con la Unión Europea y otro personal al servicio de las instituciones europeas”. En la conversación, que según La Moncloa duró unos 25 minutos, ambos presidentes reafirmaron su voluntad de “seguir cooperando de forma estrecha a fin de continuar facilitando las operaciones de evacuación de Afganistán”. En concreto, acordaron “el uso de las bases de Rota y Morón para acoger temporalmente a afganos colaboradores de EEUU en tránsito hacia otros destinos”. La llamada telefónica tuvo lugar el mismo día en el que un portavoz de la Casa Blanca agradeció a varios países su trabajo en Afganistán para rescatar a los colaboradores de las tropas internacionales, sin nombrar, entre ellos, a España.