Pequeñita de estatura y muy atractiva, la soprano brasileña Bidu Sayão sucedió en 1937, a propuesta de Toscanini, a la valenciana Lucrecia Bori, que se había retirado de los escenarios, en el Metropolitan de Nueva York como protagonista de Manon de Massenet, tal fue su triunfo en este teatro que cancelaría todos los compromisos que tenía en Europa y se establecería en Estados Unidos hasta el final de su vida, tenemos grabación de aquellas funciones:
Había debutado escénicamente en el Teatro Costanzi de Roma en 1926 con El barbero de Sevilla, tenía 18 años, y en el reparto figuraban Schipa y Galeffi; tuvo mucho éxito, la escuchamos en una grabación de "Una voce poco fa" realizada 17 años después:
"La piccola brasiliana", como la llamaba Arturo Toscanini, cantó más de 200 funciones en el Met entre 1937 y 1952, año en el que decidió no renovar su contrato con el teatro neoyorquino por desavenencias con Rudolf Bing, retirándose definitivamente de la escena en 1957 con "La demoiselle élue" en el Carnegie Hall, acompañada por la Filarmónica de Nueva York, bajo la dirección de André Cluytens, en plenas facultades vocales y por razones que desconocemos con exactitud; no es por casualidad que fuera la misma obra, la misma sala y la misma orquesta con la que se había presentado en América dos décadas antes (1936) de la mano de Toscanini, quien precisamente había fallecido a principios de 1957, el mismo año en que se retiró la cantante. En una entrevista ofrecida años después, dando muestras de su sentido del humor, dijo que fue muy duro detener su carrera, pero que la posibilidad de poder volver a fumar era un placer, además podía permanecer hasta tarde en las fiestas y no preocuparse por los resfriados, en otra ocasión afirmó que abandonó la escena porque decidió anteponer su familia a la vida profesional. Su última grabación fue "Foresta do Amazonas" realizada en 1959 bajo la dirección del compositor, Heitor Villa-Lobos, ella la consideró como su "canto del cisne":
En 1947 se había casado con el gran barítono, entonces ya retirado de la escena, Giuseppe Danise, tras haberse divorciado del empresario italiano Walter Mocchi. Danise es uno de los grandes barítonos que conoce la historia de la música grabada, lo escucharemos en un aria de Un ballo in maschera:
Solemos leer que para ella compuso Hector Villa-Lobos la Bachiana brasileira número cinco, en realidad no es exactamente así, fue Sayao la que convenció a Villa-Lobos para sustiuir la parte del violín solista por el canto sin palabras, el compositor accedió a realizar una prueba y parece que el resultado le no le disgustó:
Sayão es la típica soprano que algunos consideran pavisosa por el simple hecho de que, aunque la voz es bonita, no tiene una presencia deslumbrante, creo que no cuesta hacer un leve esfuerzo (que sólo consiste en escuchar detenidamente) para comprobar que detrás de este pajarillo hay una gran intérprete en absoluto dada a los excesos anti-musicales y siempre pendiente de dotar de un sentido dramático a aquello que canta, logrando un equilibrio que en la época que le tocó vivir no todas las cantantes supieron mantener. Hay quien piensa que Sayão carecía de técnica, no sé en qué se basan, desde luego no puedo estar más en desacuerdo con esa afirmación, sobre todo teniendo en cuenta la claridad en la dicción (muchas sopranos han sacrificado la dicción por la pura exhibición vocal y a nadie se le ha ocurrido acusarlas de falta de técnica cuando seguramente lo es); por otra parte, me parece imposible, por poner un ejemplo, hacer los picados y regulaciones que hacía cuando cantaba el papel de Rossina sin tener una sólida técnica detrás. Su voz, que proyectaba muy bien, llegaba a todos los rincones del Met, no era muy grande. Su timbre luminoso, fresco, claro y sedoso (en algunas grabaciones se aprecia un vibrato stretto o rápido) no tenía nada que ver con esos timbres amplios, pastosos o cargados de metal de las dramáticas y de algunas lírico-spinto, por eso afrontó papeles aptos para una soprano lírica o de coloratura. A ella le hubiera gustado poder cantar dos grandes roles puccinianos, Tosca y Madama Butterfly, pero sus condiciones vocales se lo impidieron,sin embargo, gracias a su sensibilidad, su sentido del fraseo y expresividad pudo salir airosa al afrontar un rol tan exigente en lo dramático como Violetta en La traviata, de hecho he visto acudir a su interpretación para justificar que una voz lírica puede con este papel. Incluso se dice que el mismísimo Toscanini quedó hechizado por la brasileña cuando asistió a una de sus representaciones de esta ópera en La Scala, de la misma manera que había quedado ella respecto a él cuando asistió al estreno mundial de Turandot de Puccini bajo la batuta del maestro italiano en La Scala.
Y aunque no se atreviera con Tosca y Cio-Cio Sam si pudo con Mimi:
"El ruiseñor brasileño", como también fue conocida, "la más bella de entre todas las sopranos líricas", como dijo Rosa Ponselle de ella, falleció en 1999 en una pequeña ciudad situada al norte de la costa este de los Estados Unidos. Es todo un placer escucharla cantar en francés, la claridad de la dicción nos deja pasmados:
Bidu Sayão había nacido en Río de Janeiro en el seno de una familia acomodada el 11 de mayo de 1902, su familia, en la que todos eran abogados o doctores, no vio con buenos ojos que quisiera dedicarse al espectáculo pero tuvo que rendirse a la evidencia, la niña había nacido para el canto, estudió con la soprano rumana Elina Teodorini, primero en Brasil, luego en Rumanía, después en Niza con el polaco Jean de Reszke y comenzó en los años veinte una carrera internacional con actuaciones en ciudades como Roma, París Milán, Buenos Aires, hasta que llegó a Estados Unidos donde triunfó de la mano de Arturo Toscanini y donde permanecería, como hemos visto al principio, hasta el fin de sus días.
Existe alguna grabación de su profesora de canto, Elena Teodorini, efetuada en 1903:
También existen grabaciones del profesor, Jean de Reszke, en este caso es de 1901 y la idea que podemos hacernos de su canto es muy aproximada, en toco caso es un documento muy interesante: