Desde Brest nos fuimos hacia la estación de autobuses con un taxi. Una vez allí, compramos el billete de ida y vuelta P.N. Belovezhskaya.
Es el bosque más antiguo del continente, donde se encuentran los únicos bisontes de Europa que comparten con el P.N. de Bielowieza en Polonia.
Además hay 55 especies diferentes de mamíferos. En una hora y treinta cinco minutos de trayecto, pasamos por campos verdes, casas de madera y pequeñas poblaciones, entre ellas Kamanyets.
Una vez en el parque, pagamos la entrada del zoo al aire libre y así poder ver los animales que habitan el parque.
También contratamos una excursión de 2h y media para adentrarnos en el mismo y visitar los museos de Etnografía y Antigua Tecnología.
Los bisontes, ciervos y algún que otro animal como los lobos se encontraban en espacios amplios pero cercado pues para el visitante es imposible verlos en estado salvaje.
Otra cosa eran las jaulas de los osos y animales más pequeños, daban pena verlos sin apenas espacio, como ocurre con tantos otros zoológicos del mundo.
Cogimos el bus turístico que hacía un recorrido de 26km, la misma ruta de los ciclistas. Con nosotros venía una guía oficial que explicaba en ruso las características del parque haciendo un par de paradas por el camino.
Había una pareja de rusos que venían con nosotros, un ayudante de la guía y el conductor. Un autobús entero para sólo siete personas, de las cuales casi la mitad era personal del parque.
Nos adentramos en el parque a través de un bosque primigenio de robles y pinos (en total hay más de 1000 especies de árboles y flores) hasta llegar al Museo Etnológico.
Allí había en una esplanada un conjunto de casas típicas que visitamos junto a la destilería.
Después nos dieron a probar el licor de hierbas acompañado de un trocito de pan de centeno y tocino ahumado.
En una de las paradas vimos un roble de 600 años y una altura de 32 metros y un diámetro de 2 metros. Había que tocarlo y abrazarlo. Para rodearlo se necesitaban cinco personas. Creo que era el árbol más antiguo del parque.
Volviendo nos dejaron en la entrada posterior del zoo para seguir viendo a los pobres osos, lobos y otros animales.
Cuando finalizamos la visita entramos al Café Lesnaya a tomar algo mientras esperábamos el autobús de vuelta a Brest.
El Parque Nacional Belovezhskaya Pushcha es Patrimonio de la Humanidad desde 1992.