Bienvenida la noche

Publicado el 26 abril 2020 por Rubencastillo

En el año 1991, Ángel Paniagua publicó en la Editora Regional de Murcia un libro de poemas con el título de Si la ilusión persiste; pero todo parecía indicar (y las declaraciones posteriores del autor así lo confirmaron de forma explícita) que no se hallaba muy feliz con la publicación del tomo, por antojársele que su ciclo creativo no estaba terminado. Doce años tardaría en pulir y clausurar esa etapa poética. Y lo hizo con el volumen Bienvenida la noche.Se ha hablado en muchas ocasiones de la majestad con que Eloy Sánchez Rosillo encabalga sus versos y de la sonoridad manifiesta que con este procedimiento les extrae: pues no es menor la belleza que obtiene de este mismo recurso Ángel Paniagua. “El tema de la vida” (poema que se encuentra entre las páginas 27 y 28) puede servir como ejemplo. Nos encontramos indudablemente ante un libro de amor y desamor, de intensas pasiones melancólicas, de cataclismos de piel y ausencias, en el que nuestro poeta accede a una madurez desencantada, de emociones provisionales, porque está claro para él “que aquellas luces álgidas / que pusieron su brillo en nuestros ojos / se han perdido de modo irremediable: / no somos tan mayores, / pero estamos cansados de esta danza” (p.37).Tras muchos versos escritos y un buen ramo de palabras publicadas, Ángel había conseguido comprender que un poema no es más (ni menos) que “un fragmento de vida en que el poeta, / hablando de sí mismo, habla de todos” (p.16); y que un libro es “el resultado final de tanto esfuerzo / por hablarle a la vida con coraje” (p.107).Voz imprescindible de la lírica contemporánea, Ángel Paniagua nos regala aquí unas páginas delicadas, lánguidas y sabias, que conviene releer de vez en cuando.