El viaje que propone Gustavo Cerati con su nuevo disco Fuerza Natural hizo escala en el Club Ciudad este domingo 20. Y siendo Cerati un artista con concepto no podía menos que entregarnos un concierto que sonó a recorrido con la ventanilla abierta. Y nosotros ahí, asomados y embobados, nos entregamos a paisajes lunares, mesetas verdes y montañas de neón. Cada parada tuvo sus momentos, y de eso se trata esta pequeña hoja de ruta hecha cobertura…
Tramo 1
Encarar un concierto de presentación de un disco siempre supone un desafío para un artista. Cerati tomó la decisión de tocar Fuerza Natural entero en la primera parte del show, y esa propuesta funcionó (a propósito) como un despegue lento y exploratorio, incluso para la gran puesta de escena a cargo de Martín Phillips. Las canciones naturales se sucedieron entre la efectividad pop de Deja Vu, Desastre y Rapto, el mid tempo acústico de Tracción a Sangre, Cactus y Convoy, y la riqueza instrumental de Sal y He visto a Lucy (con Gillespie y amigos de invitados). Con un público expectante pero no entregado y una banda que dejó el escenario luego de 10 minutos a puro cuelgue psicodélico llegamos a nuestra primera parada preguntándonos si la fuerza estaba con Gustavo.
Parada
El vestuario negro de la primera parte del show dio paso a un Cerati de punta en blanco. Y guitarra acústica en mano la noche tuvo su mojón emotivo con la versión de Zona de Promesas (única canción de Soda de la noche) en homenaje a Mercedes Sosa. De más está decir que fue la canción más coreada de la noche pero, y anticipándonos al final, cuando terminó el concierto estábamos seguro de que si no la tocaba nada hubiese cambiado demasiado.
Tramo 2
Luego de ese momento íntimo hizo su entrada la banda entera, y todo se encendió gracias a la energía electrónica de Pulsar. Brilló la escenografía e iluminación en todo su esplendor, y el viaje tuvo como banda de sonido canciones inesperadas como Te llevo para que me lleves y Marea de Venus, y momentos clásicos como Puente, Cosas Imposibles, Crimen y Paseo Inmoral. Demostrando por primera vez que la carrera solista de Cerati tiene volumen y contundencia para llevar un show de dos horas y media sin aburrir. El cierre estuvo a cargo del hidden track de Fuerza Natural, #, un final inesperado, elegíaco y potente, como esas cachetadas que nos propinan cuando llegamos a destino. Pero en este caso veníamos bien despiertos.
De alguna manera seguimos en el viaje amigos, estos shows duran algunos días en el cuerpo. Porque la música nos produce algo de lo que dice Cerati en Magia: “nada me importa más que hacer el recorrido, sin saber a donde voy”.
Foto: Diego Herreros