Hace cincuenta años el planeta tenía tres mil millones de habitantes. Pasaban hambre 1.200 millones, de los que morían 40.000 diariamente de inanición.
Ahora hay el doble de población, pasan hambre 800 millones y mueren diariamente 24.000 personas.
La mejoría ha sido espectacular, y en gran parte se debe al científico estadounidense Norman Borlaug, Nobel de la Paz y responsable de la "revolución verde" que transformó la agricultura. Sus semillas mejoradas de maíz y trigo que salvaron del hambre a cientos de millones de personas –y permitieron nacer y desarrollarse a otras tantas-- en China, Indochina, Malasia, Indonesia, India, Pakistán, Asia Central y grandes regiones áridas de Africa y Latinoamérica.
Ahora, científicos chinos y estadounidenses han desentrañado el código genético del arroz –el alimento básico de un tercio de la humanidad--, para que pueda incrementar hasta un 30 por ciento su rendimiento.
Para el ya nonagenario Borlaud, lo que antes fue la revolución verde es ahora la de los transgénicos, como el futuro arroz, que facilitarán alimentación sana y abundante a los actuales hambrientos.
Militante ecologista cuando el término era desconocido, Norman Borlaug teme que Greenpeace y otras organizaciones, muchos de cuyos activistas poseen una deficiente formación científica, sigan asustando al mundo al difundir informaciones erróneas sobre la biotecnología.
Recomienda que apoyen la investigación y que luchen solamente contra las empresas que patentan avances de ingeniería genética para monopolizar una tecnología que debe ser patrimonio de la humanidad.