No puedo empezar este post de mejor manera. ¡Con una bienvenida! Sí. Y es que la cavitación ha entrado en la vida de muchas de nosotras para hacernos la vida más feliz. Aunque no nos vamos a engañar, porque al principio cuesta. Someternos a un tratamiento de este tipo, quiere decir que hay algunas cosas que mejorar en nuestro cuerpo. Pero una vez que nos ponemos manos a la obra… ¡salimos de nuestro centro con una sonrisa de oreja a oreja!
Así que yo he empezado con la cavitación para acabar con la grasa localizada que a algunas de nosotras se nos acumula en los muslos. Llevo ya 3 sesiones y la verdad es que los resultados merecen la pena. Aunque tengo que reconocer una cosa: hago ejercicio y como mejor (no hago dietas, simplemente intento controlarme).
La cavitación es la alternativa a la liposucción. Sin cirugía y sin efectos secundarios, podemos conseguir mejorar nuestra silueta y eliminar la grasa localizada. Lo que hace esta técnica es romper las células adiposas y la grasa liberada la liberamos por nuestro cuerpo por procesos metabólicos como la orina y el sudor. No tiene efectos secundarios y después de cada sesión tenemos que beber 2,5 litros de agua.
Prácticamente todo el mundo puede someterse a este tratamiento, excepto casos muy concretos: embarazadas, cardiópatas, etc. Lo mejor siempre es consultarlo.
En otros centros como en Starbene Benedepil encontramos la ultra-cavitación, un método muy similar a la cavitación pero más avanzado. También podremos mejorar los resultados con unas sesiones de Plataforma Vibratoria, un rápido entrenamiento completo a través de vibraciones, con el que quemaremos calorías y eliminaremos de líquidos con tan sólo dedicarle 10 minutos al día.
La última enseña en sumarse a la cavitación es Pulsazione, que ya no se centra exclusivamente en la depilación. Poco a poco sus centros están ampliando su oferta, ofreciendo servicios para acabar con la celulitis.