Big Blog Exchange: un viaje hecho realidad

Por Sara @MindfulTravel_
Cuando éramos pequeños, nos decían que si deseábamos algo con muchas ganas, llegaría a cumplirse. Todos sabemos, cuando crecemos, que esto no siempre es verdad. Pero lo que sí es cierto, es que cuando vas con una actitud positiva y haces algo con todas tus ganas, muchas veces ocurre. No por arte de magia, pero sí con esfuerzo e ilusión.
Cuando supe que había sido una de las ganadoras del concurso internacional de bloggers Big Blog Exchange, no me lo podía creer; pero me puse tan contenta, que sabía que esta oportunidad la disfrutaría como un sueño hecho realidad

Y así ha sido…

Una maleta, un pasaporte, una cámara de fotos, un ordenador y miles de kilómetros por delante. Esto es lo normal; pero lo que no sabía, es todo lo que me llevaría en el viaje de vuelta a España.

He superado retos personales que me han hecho más segura de mi misma; parece una frase hecha, pero aunque a veces he viajado sola y me gusta, esta experiencia me la tomé como un momento de encuentro personal y de conocer gente viajera y vivir experiencias inolvidables. Y ha salido todo de diez.

Viajar sola hace que te abras más hacía el entorno que te rodea y conozcas todo de una manera diferente. No dependes de nadie y tienes que sacarte las castañas del fuego. Además, tienes la oportunidad de conocer a personas únicas que, aunque pasan fugazmente por tu vida, siempre dejan una sonrisa, una anécdota o una vivencia increíble. Conoces su historia, cómo piensan y cómo ven el mundo otros viajeros diferentes a ti. Descubres sus costumbres, su cultura y su idioma. Te hacen pensar que un mundo mejor es posible y que las personas podemos entendernos.

Siempre busco lugares nuevos a conocer y una de las ciudades que más me hacía ilusión visitar era Boston. Una estancia de tres días que me hizo disfrutar de lo mejor de ella. Lo que más me gustó y me hizo sentirme como nueva, fue alquilar una bici y recorrer todo el paseo junto al rio, desde la Universidad de Harvard hasta el famoso Boston Common. Pude descubrir una ciudad fuerte, unida y con ganas de mirar hacia delante. Realmente me impresionó el sentimiento de unión que tienen.



San Francisco y Los Ángeles son ciudades que ya conocía, así que busqué experiencias nuevas y barrios donde no había estado o rincones que no había podido visitar y que me había quedado con las ganas. 



Vivir Santa Mónica como un lugareño más, paseando por la playa, montando en bici, probando las delicatesen orgánicas de la zona. Descubrí que esta localidad de Los Ángeles es amiga de los perros y existen desde parques hasta spas dedicados a nuestras mascotas de cuatro patas.


Conducir un coche sola en Estados Unidos no presentaba ningún reto en sí, de no ser por que quien me conoce, sabe que mi orientación es más bien nula. La mala suerte hizo que no quedasen GPS y tuviese que guiarme con un mapa. Al principio me entró el pánico. ¿Yo conduciendo con un mapa? Después me entró la risa. ¡Seguro que podía hacerlo! Os puede parecer una tontería, pero fue una sensación tan gratificante poder hacer todo el recorrido y entrar en San Francisco sin perderme ni una vez… ¡Prueba superada!
Y qué decir de Hostelling International. Otra de mis gratas sorpresas. No dormía en albergues desde que hice el Interrail hace ya 10 años por Italia, y no sabía lo que me esperaba. Sin duda la experiencia fue muy positiva. El albergue de Boston, uno de los más modernos y ecológicos de Estados Unidos fue un lugar digno de descubrir. El de Santa Mónica, como si de un hotel-boutique se tratase, moderno, colorido y al lado de la playa, en una de las mejores zonas de Los Ángeles.

El trato tan cercano de todos ellos fue increíble, cuidaron hasta el más mínimo detalle para que me sintiera cómoda en todo momento. Ni decir tiene que en Pigeon Point me sentí como una reina, cuando me dijeron que me habían reservado un jacuzzi exterior para mi sola a la hora del atardecer y pude disfrutar de una de las puestas de sol más bonitas, con el mar y el famoso faro cómo telón de fondo. ¿Se puede pedir más?

La naturaleza siempre ha sido parte de mi vida. Me apasionan los animales y el medio ambiente. Disfruto mucho al aire libre, y en este viaje, quería tener algunos momentos en contacto con la naturaleza. El avistamiento de ballenas en Boston y poder ver a las focas elefante acercarse a la playa de Año Nuevo State Park, para mudar, y así sentirme como si estuviese dentro de un documental de vida salvaje, fue increíble. Los acantilados de San Francisco Bay, el faro en Pigeon Point y sus tímidas y pequeñas focas del Norte, las montañas de Santa Mónica…
Me pidieron que resumiera el viaje en una sola foto. Personalmente creo que eso es imposible, pero esta imagen me ha servido de inspiración y la recordaré para siempre.


Este concurso, tiene como lema, cambiar el mundo a través de los blogs. Y creo que no podría ser más acertado. Cuando vives al máximo y disfrutas de cada momento del viaje, desde que planificas hasta que vuelves a casa, lo que haces continuamente es aprender y crecer como persona. A la vuelta, contar tus experiencias y plasmarlas en el blog, ya sean buenas o malas, hace que las personas que leen lo que has escrito, sientan lo que has sentido y vivan, a través de tu piel, cada paisaje, cada historia, cada cultura, cada imagen… 
Viajar, sentir, vivir…