La NBA registra estadísticas desde 1943. Si cuando un jugador está en cancha, su equipo no hace más puntos, este irá al banquillo. Si su porcentaje de triples efectivos dice que deje de intentarlo, más le vale obedecer. Todo cuanto rodea al basket americano está fundado sobre largas cadenas de datos. Las estadísticas arrebatan puestos y carreras, encumbran a rookies al estrellato; constatan la realidad. Porque los números son lo único infalible.
Steve Hellmuth, vicepresidente ejecutivo de tecnología para la NBA, comenta en este vídeo la importancia del big data para comprender el baloncesto. Su comité trabaja con Stats, empresa líder mundial en distribución de información deportiva tanto a equipos como medios de comunicación. Su tecnología SportVU, presentada en este vídeo, supuso una verdadera revolución: puede generar estadísticas sobre la velocidad, distancia, separación entre jugadores, posesión del balón, porcentajes de acierto, etcétera. Un largo glosario de contenido clave para comprender en profundidad la química de cada partido.
Steve Hellmuth
Instant Replay Center: el implacable Gran Hermano de la NBAEn la temporada 2014/15, la NBA introdujo oficialmente Instant Replay. El movimiento estaba enfocado en el colectivo arbitral. Gracias a su software, sus cámaras con zooms ópticos de alto rendimiento no sólo calculan la trayectoria de la pelota, sino que hacen un rastreo de la misma, un mapeado digital: telemetría en tiempo real. Leen sus posiciones, sus cambios sobre la cancha, generando datos a partir de variables como la masa corporal de los jugadores. Todo se controla desde un centro de mando compuesto por 94 monitores HD.
Y esto se traduce no sólo en una mayor franqueza de cuanto sucede dentro de la pista. Fuera, los espectadores, podemos disfrutar de retransmisiones más dinámicas, con montajes más cuidados y atractivos. Las grabaciones del partido también pueden arrojar más información para que los entrenadores estudien dónde han fallado, qué deben mejorar, cómo pueden desbaratar al contrincante, etcétera.
El uso del Replay es algo completamente asumido hoy día. La forma en la que se filma el baloncesto está íntimamente ligado a cómo sentimos y entendemos este deporte. Los detalles de las jugadas, las cámaras lentas, la representación plástica tanto en el basket real como en su traducción en el videojuego de 2K Sports ‘NBA2K’, suponen un estándar deportivo en cuanto a control visual y de datos.
Ya nadie concibe un partido de tenis sin un exhaustivo seguimiento de la pelota. Como sucede en los casinos más prestigiosos del mundo como el Venetian Macao o el popular hotel-casino Bellagio, nada se escapa a las decenas de ojos que, junto a los habituales 3 árbitros, los oficiales de mesa y el comisario juez, dirigen el partido como un atento director de cine.
Todo por el espectáculo
De hecho, el sistema informático de seguimiento de bola ‘ojo de halcón’ nació para dar mejores coberturas en televisión, concretamente para grabar y hacer repeticiones. En el tenis, por ejemplo, con saques de hasta 200 km/h, este abuelo del Instant Replay es poco menos que imprescindible. En el US Open de 2004, tras la polémica derrota de Serena Williams contra Jennifer Capriati, las repeticiones de TV dieron la razón a Williams en varias de sus protestas por bolas cantadas. Tras una serie de pruebas en otoño de 2005, el ‘ojo de halcón’ fue definitivamente aprobado por la Federación Internacional de Tenis.
El ojo de halcón nació para dar mejores coberturas en televisión, para mostrar repeticiones al vuelo
Este sistema también recopila datos, además de ser sensible al calor, velocidad del viento y otras condiciones ambientales. Se basa en cálculos de triangulación, a partir de la obtención de imágenes y mediciones de tiempo por cámaras de vídeo de alta velocidad —de entre 500 y 12.000 fotogramas por segundo.
Los primeros años generaron polémica pero en la actualidad, con su prácticamente nulo margen de error, son un componente esencial de este deporte. Y ya no sólo en el tenis: golf y críquet también gozan del sistema; ciclismo o atletismo suman a esta herramienta la foto finish. En esgrima se instalan sensores tanto en el florete como en la ropa y lucen para indicar si has sido tocado o no. La tecnología parece ser la mejor amiga del fair play.
Solucionando el error humano
El arbitraje copa una gran parte de la prensa deportiva. Es la fuente de comentarios y quejas mayor en la historia del fútbol. Con razón: pueden arrebatar un título tomando una decisión errática. Dos ejemplos: final del Mundial de fútbol de 1966: el delantero Geoff Hurst hace un hack-trick que nunca fue. Y lo que es peor, su tercer gol fantasma supuso, en el minuto 92, la victoria para la selección inglesa sobre la alemana. El juez de línea Tofik Bakhramov da por bueno un balón que no llega a cruzar la línea de meta y posiciona a un país en profunda crisis económica y moral en el oro futbolístico. Un estudio de la Universidad de Oxford concluyó, 30 años después, que el esférico quedó a 6 centímetros de sobrepasar la línea de cal.
Final de Alemania contra Argentina, 1990. Jugaban en terreno Napolitano y el público alababa a un Diego Armando Maradona en estado de gracia. En el minuto 87 el colegiado mexicano Edgardo Codesal decide pitar un penalti a Pedro Monzón sobre Jurgen Klinsmann. Andreas Brehme materializa el gol y el equipo alemán se lleva el título. Todo el mundo se queda con cara de tonto: el penalti era mucho más que dudoso.
Fuera del cariz político o la presión mediática, en el fútbol se dan, jornada tras jornada, errores arbitrales difíciles de tasar: manos que no son, agarrones imposibles, penaltis arriesgados en el tiempo de descuento, etcétera. Y el sistema arbitral no puede hacer mucho más: son humanos de carne y hueso con el mismo porcentaje de errar que cualquier otra persona.
Tecnologías como Instant Replay Center erradican la mayoría de estos problemas. Esta es la razón por la que el básquet lleva la delantera. Como en un pit stop al entrar en boxes de un coche F1, en una media de 42 segundos se ha resuelto cualquier confusión en una jugada. Ningún deporte está exento de errores arbitrales porque, indistintamente del cumplimento estricto del reglamento, existen varios terrenos difíciles de cuantificar. No obstante, este sistema de de la NBA pone a disposición de los espectadores su archivo Replay, grabaciones para consulta, incluso el dossier arbitral de cada partido.
El fútbol ha estado viviendo una edad de piedra tecnológica...
La logística implícita en un sistema así hace que trasladarlo al fútbol sea bastante más complicado de lo que parece. Estamos hablando de cientos de campos en diferentes categorías, no sólo Primera División, de jerarquizar y supeditar los reglamentos a estas nuevas herramientas, tras 150 años haciéndolo de una manera distinta. Evidentemente, el reglamento del fútbol no es piedra grabada, pero no recibe esas revisiones anuales como la F1. Es, diríamos, un tanto más inmovilista.
Al fútbol le está costando porque es un deporte mucho más inmovilista
El ‘ojo de halcón’ en el fútbol se viene probando desde los previos amistosos de la Eurocopa 2012. El sistema supone una evolución lógica del implementado en el tenis. Cada arco se compone de 7 cámaras HD, con las que generar una imagen virtual de la escena. Una aproximación a la representación en 360 grados del Replay Center.
Por otro lado tenemos el ‘GoalRef’, el apodado vulgarmente «balón inteligente», el cual cuenta con un microchip en su interior. De esta forma, junto a los dispositivos magnéticos de las porterías, genera una especie de cortina de onda de baja frecuencia entre los palos. Si alguien mete o no un gol, en todo momento detecta dónde está la pelota, con precisión milimétrica. El árbitro, además, está constantemente informado y puede hacer consultas en caso de duda.
... Pero se ha visto obligada a despertar
La FIFA ha ido virando su postura en estos últimos años. Si en 2010 alegaban que «no importa qué tecnología se aplique, al final del día la decisión tendrá que ser adoptada por un ser humano» y que «la implementación de modernas tecnologías puede ser muy costosa», el 5 de julio de 2012 el entonces Presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter emitió unas declaraciones bastante opuestas.
Porque no se trata de un simple capricho, sino de una necesidad real. Asociaciones de futbolistas como FIFPro pedían ese cambio, apelando, a sabiendas que es una tecnología de comprobado éxito. De hecho, cuando se aprobó el uso de la tecnología 'Goal-Line' se consideró un pequeño triunfo: «el dictamen sobre el uso de tecnología 'Goal-Line' ha sido casi unánime». Es algo que no se puede ignorar. Ya lo decía, hace apenas unas semanas, el actual Presidente de la FIFA, Gianni Infantino: «pienso que no podemos cerrar los ojos al futuro, a la tecnología».
Gianni Infantino: «pienso que no podemos cerrar los ojos al futuro, a la tecnología»
La Federación Alemana de Fútbol ha sido la primera en dar el paso adelante. El Instant Replay está a punto de aplicarse en su Bundesliga. Herbert Fandel, jefe de árbitros de la DFB, indicó a finales del pasado febrero que los primeros ensayos se producirían en partidos tanto de Primera como de la Segunda División.
El propio uso del Instant Replay ha ido reformulándose en estos dos años de uso. La FIBA aprobó para la Liga Endesa 2014-15 una ampliación de su uso. En principio sólo se podía consultar al final de cada periodo, entrando en un menú de jugadas. Ahora es fácil encontrar al árbitro acudiendo al sistema cada 2-3 minutos para revisar infracciones, canastas fuera de tiempo o pisadas dentro y fuera del arco de los 6,75 metros.
¿Un árbitro con tecnología mataría el fútbol?
Y aún con todo, el deporte rey sigue siendo el más reticente en recibir estos avances tecnológicos. ¿Mataría el fútbol, tal y como lo conocemos, un árbitro infalible apoyado en estos sistemas?
Lo lógico sería pensar que, en parte, sí. La literatura del fútbol se basa en el debate, la tertulia, en exponer puntos de vista durante largas charlas, en radio, televisión, etcétera. Esta tecnificación mataría parte del encanto de algo por sí imperfecto. Porque el deporte es algo concebido por y para personas. El público entiende que una de las facetas del fútbol está fuera del mismo campo, de su componente social y su fenomenología antropológica. Es decir: cómo sentimos los colores. ¿De qué nos serviría la perfección en un deporte donde los «y si» son casi tan importantes como los goles?
El baloncesto es un deporte mucho más visual, de contacto, un espectáculo que en su genoma concibe otra forma de expresarse
El basket es un deporte mucho más visual, de contacto, visceral, pletórico de gráficos y cortinillas; es un espectáculo que en su genoma concibe otra forma de expresarse. Aunque en los últimos años se ha avanzado en cuanto a cámaras HD, sistema de repeticiones y control, el fútbol sigue jugando en un estrato distinto. Necesita, desde luego, un sistema arbitral más exacto y efectivo y, para ello, debe apoyarse en el hombro de la tecnología. Pero conviene que, antes de convertir el fútbol real en un videojuego inane, recordemos que las estadísticas no lo son todo.