A parte de tener un título un tanto obvio, produce un grado de simpatía y ternura saber que es un album donde el resultado es lo que Evans denomina conversar consigo mismo. Un disco sumamente íntimo que se debe no solo a que Bill no tiene el apoyo de una banda ni compone esta pieza para otro músico sino es la manera de poder expresar su propio idioma, dividirlo en tres sesiones diferentes (en días diferentes) poder unirlas y crear canciones sublimes con un ritmo extraordinario hecho por un solo piano omnipresente. En pocas palabras este disco define la velocidad en la que este genio pensaba la música y talvez se dio cuenta que 30 dedos eran lo (justo) necesario para poder expresarse. Es verdad que el controversial disco de la época donde el overdubbing no era muy bien visto tenga algunas fallas (muy pequeñas) pero es que hay momentos donde simplemente no encajan y no funcionan los tres pianos. Un álbum inusual completamente instrumental que para los que creen y les gusta ser influenciado, fue el disco que le dio el primer Grammy al neoyorkino.
Artistas Similares: Bill Evans Trio, Bud Powell, McCoy Tyner, Red Garland y Tommy Flanagan.
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