Bill Fischer, profesor de innovación estratégica de la escuela de negocios IMD, compartió con nosotros en la conferencia del 22 de octubre algunas de sus más fructíferas ideas sobre innovación.
En primer lugar, destacó que la innovación ha ido tradicionalmente unida a ciertos fracasos. Se puede considerar que algunas de las empresas que fracasaron no fueron capaces de ver a tiempo que algunos productos a priori menos atractivos para los mercados ya existentes pueden acabar sustituyendo los productos tradicionales. Pensemos, por ejemplo, en el mercado de cápsulas de café para cafetera automática frente al mercado tradicional de cafetera y café molido empaquetado.
Destacó, además, que una empresa que desea tener éxito no se puede permitir el lujo de separar la innovación incremental de la radical. O, lo que es lo mismo, no se puede dejar de pensar en la evolución de los productos actuales sin a la vez trabajar en los productos que pueden llegar a superar o sustituir completamente los actuales. No es sencillo, pero las empresas con la ambición de innovación deben ser capaces de abordar ambas.
¿Qué características debe tener el “innovador”? Fischer, igual que otros muchos gurús de innovación, piensan que todos deberíamos tener el compromiso de ser innovadores. No se puede ser brillante en todo, pero debemos ser capaces de descubrir podemos resultar innovadores. La pregunta clave aquí es ¿sé realmente lo que necesito saber? ¿o sé de otras cosas que me distraen de aquello en lo que debo hacer énfasis?
Dentro de este mismo tema de las competencias del innovador, nos explicó que para innovar hay que ser capaces de mirar fuera de la industria o campo en el que estamos. Ya lo decía Steven Johnson, uno de nuestros ponentes de la temporada pasada: tenemos que estar atentos, pues la innovación que buscamos puede ser hoy una realidad en el campo del arte (¡o en el de la fabricación de neumáticos!). Es preciso abrir la mente.
Además, el profesor hizo hincapié en que “el conocimiento sin movimiento” no sirve de nada. Con ello quiere decir que las ideas surgen, circulan y se consolidan en las conversaciones con personas de formación diversa. Por último, destacó el importante papel de los líderes curiosos y generosos con sus equipos a la hora de hacer posibles las conversaciones y la circulación de ideas.
Parecen ideas simples, ¿verdad? Al resultar de la destilación del conocimiento de un profesor de gran experiencia como Fischer, a mí me surgen preguntas: ¿por qué parece necesario seguir insistiendo en estas ideas? ¿por qué nos cuesta tanto incorporarlas a nuestra práctica profesional? Sin duda los tiempos de cambio que motivan esta reflexión sobre innovación serán el revulsivo que necesitamos para adentrarnos en nuestro “yo” innovador.
La buena noticia en esta era de los recortes es que ninguna de las ideas destacadas requiere una gran inversión: todo el mundo puede ir incorporando en su quehacer diario, de forma totalmente gratuita, alguna de ellas. Recordemos: foco (énfasis en lo que se necesita), mirar fuera, conversación, generosidad y curiosidad.
Autora Conchi Gutierrez - http://blogthinkbig.com/bill-fischer-innovar/
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