¡Y va mi amiga B y se atreve a hablarme de ADAPTACIÓN! ¡Pero nena, si llevo hecho un máster desde la última semana de agosto! ¡Si en casa es la palabra clave!: "Buenos días, adaptaciones mías / Os quiero, adaptaciones / Que soñéis con adaptaciones bonitas / Hoy de almuerzo lleváis bocadillo de mantequilla y adaptación..." Y así... ADAPTACIÓN es la palabra de contraseña cuando salta la alarma y es lo que usamos para contar hasta 10 cuando le ponemos el ventolín a Rubiazo; ¡Si hasta en la carnicería el sábado pedí 500gr de carne picada y otros 500 de adaptación a rodajas!
Muy bonita la adaptación de nuestros pequeños. Sí. Dosis extra de paciencia aunque no durmamos en condiciones durante un mes. Aunque se reboten a la mínima y estén susceptibles y tengan piropos hacia nosotros a mansalva. Sí. Nosotros somos los adultos y tenemos que saber estar, ser y hacer y dominar la situación. Todo claro. Muy lindo el cuento...
¿Y QUE ME DICEN, SEÑORES, DE LA ADAPTACIÓN DE LAS MADRES? Aunque me rechifle mi trabajo como a ellos su rutina escolar, yo también querría seguir de vacaciones sin rutinas, ni horarios fijos, happy flower total con mis plantas, la piscina, el terraceo y las relaciones sociales a más no poder, la clarita al solete, los paseos familiares interminables en bici... Y ese largo etcétera que significa VERANEO. Yo también lloro porque no me quiero quedar a comer en el cole mientras adelanto toneladas de faena. Y me pongo de los nervios cuando se avecina alguna reunión larga que implique algo de tensión. También llevo deberes a casa. Aunque conozco a mis compañeros, a veces me encuentro con que a alguno no lo conocía tan bien como yo creía, y eso me crea desasosiego y unas ganas tremendas de gritar "¡papaaaaaaá!" y salir corriendo. YO TAMBIÉN ME ESTOY ADAPTANDO LEÑE. De hecho, conforme avanza septiembre la cara de loca que se me está quedando es cada vez más difícil de disimular. Salgo a correr para despejar la mente. Salgo a correr y hago religiosamente mi rutina de ejercicios, no sea que mi señor cuñado, preparador físico de élite, me pegue la bronca como si fuera una alumna real, pero también con la esperanza de fortalecer cuerpo y mente para las muchas carreras nocturnas a por el ventolín, el vómito, el pis de turno, el vasito de agua, y para ser capaz de salir cargada como una mula cada mañana, y salir del cole cargada como dos mulas con los trastos y un rubio enganchado del brazo y pasadísimo de vueltas. Así que, por favor, si nos encontramos por ahí y me veis con cara desencajada, hablando sin mucho sentido, y con un zapato de cada (cualquier día)... Recordad esto: POBRETA, ESTÁ DE ADAPTACIÓN.
¡SALVEMOS A LAS MADRES EN PERIODO ESCOLAR!
CON M DE MAMÁ y A de ADAPTACIÓN.