Como la mayoría de vosotros ya sabéis, en esta casa no todos somos vegetarianos (pero casi), pero si a todos nos gusta cuidar mucho lo que comemos. Procuramos comprar productos lo más kilómetro cero que podemos, lo menos azucarado posible, y en la medida de lo posible, si está disponible, consumimos ecológico.
Con esas premisas nos gusta probar productos que, en principio, son más saludables, y que no pierden calidad ni sabor. Llevábamos un tiempo buscando una crema de cacao para no comprar las tradicionales. Sabemos que hay unas cuantas en el mercado, y hemos probado algunas de ellas.
Y así, probando unas y otras, hemos llegado, a través de un amigo vegano, a esta crema de cacao de BioBética. Lo primero que me llamó la atención fue que está hecho con Aceite de Oliva Virgen Extra, nada de grasas extrañas procedentes de cosas que no conozco, aceite de oliva virgen eco. Por si eso fuera poco, azúcar de caña integral ecológico, cosa que agradezco porque no soporto los edulcorantes artificiales.
Fijaros hasta qué punto no soporto los edulcorantes, que prefiero que lleve azúcar blanco a esos productos. No me sientan bien, en cuanto como algo que los contiene empiezo con retortijones y me toca correr. Así que azúcar de caña integral ecológico suena a música celestial para mis intestinos.
Pero es que además de llevar este azúcar, lleva aproximadamente la mitad que la mayoría de los productos que nos venden. Es cierto que los productos naturales suelen llevar menos cantidad, pero en este caso me ha sorprendido, lleva menos que la última crema de cacao bio que compré.
Luego, te encuentras con que tampoco lleva leche ni ningún derivado. Otro punto a favor, porque cangrejín cuando llega el calor y toma productos lácteos, no sabemos bien porque, le sale un sarpullido y si deja de tomar, se le va. Así que para nosotros es una ventaja más. Tampoco lleva gluten, a nosotros no nos afecta, pero hay mucha gente a la que sí, de modo que es de agradecer.
Es apto para veganos, como ya os he dicho no lleva leche, pero tampoco huevos. Esta elaborado solo con ingredientes de origen vegetal y de cultivo ecológico.
Lo primero que me ha impactado, al abrir el envase, es ese intenso olor a cacao. En ese momento ya es tarde, ahora es inevitable meter el dedo o una cucharilla o la punta del cuchillo dentro del envase para probarlo.
La textura es más ligera de lo que estamos acostumbrados, es casi un sirope de chocolate, pero es fácil de coger y untar sobre el pan. Aunque si la dejáis en la nevera se hará más sólida, más cremosa.
Si el olor era intenso al abrir el frasco, imaginaos el sabor que tiene. Es un sabor a cacao intenso, seguido un agradable sabor a naranja que te refresca un poco el paladar. En cuanto a dulzura, tengo que reconocer que no está muy dulce, creo que tiene la cantidad adecuada para que no se pierda el sabor a cacao camuflado con el dulce del azúcar.
Normalmente no me gusta el sabor de cacao tan intenso, me gusta un poco más suave, pero reconozco que la mezcla de la naranja le da un toque buenísimo. Lo que para desgracia de los demás miembros de mi familia quiere decir que me ha gustado.
Mi recomendación personal es que lo uséis con cabeza, no os dejéis llevar por la glotonería y poneros una capa no muy gruesa, lo disfrutaréis más y el envase os durará un poco más también, ya que es de 200gr.
Y por último, y aunque os pueda parecer una tontería. Me gusta que el envase sea de cristal y la tapa de aluminio. Eso significa que podemos reutilizarlo para alguno de nuestros productos caseros.
Os dejo el enlace de la web de Biobética por si queréis más información de este delicioso producto.