El Parque Nacional de las Islas Atlánticas está formado por los archipiélagos de Cortegada, Ons y Cíes en la provincia de Pontevedra y Sálvora en la Provincia de la Coruña, en las denominadas Rías Bajas de Galicia.
Su principal valor ecológico es el medio marino, donde se conservan ecosistemas marinos atlánticos importantes como los “bosques” de Laminaria, los bancos de arena y los arrecifes.
En la parte emergida de las islas, destacan los sistemas dunares, los acantilados y los matorrales de tojo y brezo. Sin embargo, las islas, en especial las Cies, han sufrido una fuerte presión humana que las ha transformado profundamente.
Orígenes convulsos
Hace 540 millones de años, la Península Ibérica estaba sumergida bajo el mar. Ciento sesenta millones de años después, hubo una serie de movimientos que hicieron que se unieran los continentes (Pangea II), presionando los fondos marinos hasta elevarlos, dando lugar a a la gran cordillera Varisca de la que forma parte el macizo Ibérico.
Otros 135 millones de años después los continentes unidos en la Pangea II se vuelven a romper y así se van formando los actuales continentes. Setenta y cinco millones de años después vuelven los movimientos de la corteza terrestre y la placa africana presiona a la Europea, momento en el que la costa gallega padece movimientos verticales.
Finalmente, hace 2,5 millones de años, las glaciaciones provocan la expansión de los casquetes polares y la consecuente retirada del mar y hace unos 18.000 años, con la última glaciación, el nivel del mar sube paulatinamente y forma las actuales rías e islas.
Paisajes espectaculares
Biodiversidad con mayúsculas
La elevada biodiversidad que caracteriza el medio marino de las islas es consecuencia de sus particulares condiciones oceanográficas y de los múltiples hábitats que en él se encuentran.
La riqueza biológica de las aguas se debe en buena medida a que durante el verano, los vientos predominantes hacen que el agua superficial se vea empujada hacia el exterior de las rías, y las aguas frías profundas asciendan hacia la costa. El agua que aflora es rica en nutrientes, que alimenta entre otros a las microalgas que constituyen la base de la cadena alimenticia.
En la zona intermareal, situada entre los niveles de las mareas más altas y más bajas del año, se encuentran grandes áreas dominadas por el mejillón y, en las zonas más expuestas al embate del mar, por el percebe.
En la zona submareal, siempre sumergida, destacan los bosques de grandes algas pardas, que constituyen una de las comunidades del litoral español que mayor riqueza específica alberga, siendo la protagonista las Laminaria, que puede alcanzar los 2,5 metros de longitud.
Este grupo de algas forman algo así como bosques sumergidos con movimiento a merced de las mareas, entre cuyas láminas habitan multitud de animales y vegetales. En esta zona es donde encontramos nécoras, pulpos y congrios entre otros.
En los fondos de arena predominan las microalgas, moluscos como la vieira y peces planos como la solla o las rayas.
Los fondos de maërl son entramados de algas calcáreas de varios centímetros de espesor donde solo permanecen vivas las algas de la superficie. Constituyen auténticos refugios para almejas y peces como el lanzón así como para sepias y centollas en su fase juvenil.
Los fondos de cascajo están formados por grandes restos de conchas de moluscos que forman una capa de varios centímetros de espesor en la que viven enterrados vieiras, zamburiñas y navajas, entre otros.
En el archipiélago de Cíes, entre las islas de Monteagudo y del Faro, se encuentra una laguna de agua salada que alberga una elevada biodiversidad, llamada Lagoa dos Nenos.
Aquí, además de fondos de arena hay otros fangosos en los que aparecen grandes praderas submarinas de Zoostera, planta acuática con flor, que constituyen zonas ideales para el desove y alevinaje de peces y otros grupos. Es una zona de escondite y protección frente a los depredadores donde no es difícil ver lisas, mojarras, maragotas e incluso anguilas.
Fábricas de salazón
Hacia 1900 la competencia de las conserveras de la costa próxima motivó el declive de las salazoneras y un cambió en el destino de las islas.
En 1904 el Estado expropió la isla de Sálvora por motivos de defensa nacional y e 1940 la isla de Ons por idénticos motivos. Y así se mantuvieron hasta 2002, momento en el que fueron declaradas Parque Nacional.
El caso de Cortegada es diferente. En el siglo XVIII, los ayuntamientos de Vilagarcía y Carril decidieron donar Cortegada al rey Alfonso XIII como lugar para su residencia de verano, pero por avatares de la vida, se acabó de construir primero el palacio de la Magdalena, en Santander, por lo que Cortegada quedó despoblada bajo la vigilancia de unos caseros designados por la Casa Real.
Después de que durante la República la isla pasase a manos del Estado, en 1958 fue recuperada por los Borbones, que la vendieron a la inmobiliaria Cortegada S.A., con vistas a su urbanización. Pero en 2002 se incluyó en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia y en 2007 la Xunta de Galicia adquirió la propiedad de la isla por medio de una expropiación, por lo que en la actualidad es de titularidad pública.
El simple viaje en barco desde la costa a cualquiera de los archipiélagos es en si una experiencia que cobra un relieve excepcional al perderse por las rutas que las recorren (aquí encontrarás una selección que nos gusta), o sumergirse en sus aguas turquesa (cómo, con quien) o simplemente abandonarse en sus arenas blancas. Vale la pena visitar antes el centro de interpretación Cambón que hay en la ciudad de Vigo.
En Bueu se come de maravilla … buen viaje !