130 años de Franz Kafka (Doodle)
Un dato curioso es que sus obras literarias nos han llegado en contra de su voluntad, pues éste antes de morir, le ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos. Constituye uno de los autores cumbres de la literatura alemana y de los más influyentes e innovadores del siglo XX. Su originalidad irrefutable y el inmenso valor literario de su obra le han valido para obtener una posición privilegiada, podríamos decir que mítica, en la literatura contemporánea.A pesar de todo a la edad de 40 años, el 3 de junio de 1924 se declara que Franz Kafka abandonó esta vida para visitar su mundo fantástico e imaginario, un viaje que sería eterno.
Franz Kafka Nació en Praga, Austria-Hungría, el 3 de julio de 1883. Escritor checo que realizo su obra en lengua alemana. Nacido en el núcleo de una familia acomodada perteneciente a la minoría de comerciantes judíos, sus padres eran Hermann Kafka (1852-1931) y Julie Löwy (1856-1934). Tuvo tres hermanas menores Elli, Valli y Otla y habían muerto otros dos hermanos mayores en sus primeros años de vida. Posteriormente sus tres hermanas morirían, durante el período nazi, en los campos de concentración alemanes. El niño y joven Franz Kafka creció rodeado por el ambiente cultural alemán. Pronto empezó a interesarse por la mística y la religión judía, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo. Su padre le agobiaba de una manera extenuante, a tal punto que en “Carta al padre”, escrita en 1919, expresa sus sentimientos de inferioridad y de rechazo paterno. Deseaba emigrar a Palestina pero su plan se vio frustrado en 1917 al padecer los primeros síntomas de tuberculosis, su enemiga mortal. A pesar de la enfermedad, de la oposición por parte de su familia hacia su trabajo como escritor, de sus cinco matrimonios fracasados y de su empleo de burócrata en una compañía de seguros de Praga, Franz Kafka logró sobreponerse a las adversidades y se dedicó intensamente a la literatura. Sin embargo consiguió un doctorado en derecho. En 1913, el editor Rowohlt accedió a publicar su primer libro, “Meditaciones”, que reunía partes de su diario personal, fragmentos en prosa con una inquietud espiritual profunda y un estilo totalmente innovador hasta la época, que a la vez era lírico, dramático y melodioso. Sin embargo, el libro no alcanzó un éxito más allá de un círculo íntimo de amigos y admiradores incondicionales; con las demás obras publicadas sucedería algo similar. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y el fracaso de un noviazgo con Felice Bauer en el había depositado todas sus esperanzas, una joven alemana de la que se enamoró y pretendió entre 1912 y 1917 (puede observarse en sus “Cartas a Felice”, publicadas en 1967 después de la muerte de ésta última), comenzó una etapa productiva y fértil en su carrera literaria. Entre 1913 y 1919 Franz Kafka escribió “El proceso” (1914), “La metamorfosis” en 1913 y “La condena” de 1912, además publicó “El chófer”, que haría parte posteriormente de su novela “América” de 1913, también dio a conocer “La colonia penitenciaria”, una fantasía acerca de las cárceles y las torturas, en 1914 y el volumen de relatos “Un médico rural” en 1919. Trabajó de 1908 a 1917, en una compañía gubernamental de seguros contra accidentes de trabajo hasta que su enfermedad asesina, la tuberculosis, le obligó a abandonarlo. Posteriormente intento reponerse junto al lago de Parda y después en Meramo, hasta que en 1920 se vio obligado a internarse en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena. Poco tiempo después, fijo su morada en una casa de campo, la que fue testigo de la escritura del libro “El castillo” en 1922; al año siguiente Kafka tuvo el placer de conocer a la escritora checa Milena Jesenska-Pollak, con la que mantuvo un breve romance y una abundante correspondencia, que no publicada hasta el año de 1952. El último año de su fantasía vívida encontró en otra mujer, Dora Dymant, el verdadero amor que había anhelado siempre, y que le devolvió brevemente la esperanza. Kafka aprovecho sus amargas experiencias y las refleja en el pesimismo irónico que caracteriza su obra, con un estilo que va desde lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más estricto, trayectorias de las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Generalmente sus personajes son designados con una inicial, son sacudidos y amenazados por instancias ocultas. Siendo así que su elenco jamás llegará a entender ni encontrar la causa que los condujo a una nueva aventura, plagada de imaginación y una pizca de realidad.Aparte del alemán, dominaba el checo, francés, latín, griego y el hebreo. La influencia e impacto de su obra ha sido tan significativa que el término kafkiano se aplica a situaciones sociales angustiosas o grotescas, o a su obra literaria. En la línea de la Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, la escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños y pesadillas, que describe paradójicamente con un realismo minuciosamente tratado, se encuentra presente incluso desde su primera novela corta, “Descripción de una lucha” (1904), que apareció temporalmente en la revista Hyperion, que dirigía Franz Blei. Su estilo mezcla con naturalidad la fantasía y la realidad, dando a su obra un aire de cambio y original; es comúnmente asociado con la filosofía. Los elementos fantásticos o absurdos (como lo desee ver el lector), por ejemplo: la transformación en escarabajo del viajante de comercio Gregor Samsa en “La metamorfosis”, introducen en la realidad más cotidiana aquella distorsión y fantasía que permite desvelar su propia y más profunda inconsistencia, un método que en algunas ocasiones se ha llegado a considerar como una especial y literaria reducción al absurdo.