BIOGRAFÍA MONSEÑOR R. BALLÓN. MIÉRCOLES 9 de noviembre, 7 p.m., auditorio Mariano Melgar, San Agustín 106. AREQUIPA

Por Joseantoniobenito

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MIÉRCOLES 9 de noviembre, 7 p.m. Presentación en el Auditorio Mariano Melgar, San Agustín 106, por el Sr. Arzobispo Mons. Javier del Río Alba y el Dr. Eusebio Quiroz Paz Soldán, los dos miembros de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica. Hay que decir que el autor acaba de ser incorporado recientemente a la institución. Felicitaciones

ESPINOZA DE LA BORDA, Álvaro M.: In Te, Domine speravi . Monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón y la Arquidiócesis de Arequipa. Cabildo Metropolitano de Arequipa, Arequipa, 2011, 314 pp

Felicitaciones al Cabildo Metropolitano de Arequipa por la magnífica iniciativa de editar la biografía del segundo arzobispo de Arequipa y uno de los episcopados más duraderos a lo largo de 34 años. Felicitaciones al autor por esta obra magistral que será referencia obligada en la exigua bibliografía de la Iglesia del Perú del siglo XX. Y felicitaciones a Arequipa que cuenta con una obra decisiva para conocer acontecimientos trascendentales de su acontecer reciente: la trayectoria de la Universidad Católica Santa María, CIRCA (Círculos Sociales Católicos), la aplicación del Concilio Vaticano II…

Como los tratados clásicos que dividían en siete partes el todo, así esta obra se articulo en siete apartados. El primero “José Rodríguez Ballón”, nombre seglar del prelado, nos habla de sus orígenes, su vida familiar, infancia y juventud. La segunda, “el segundo arzobispo de Arequipa y tiempos de cambio”, se sirve de otros estudios del autor en los que ensaya una periodificación y que en nuestro protagonista corresponde al que denomina “modernización y nuevos desafíos”; se contextualiza la vida y misión del prelado, acentuando el proceso de crecimiento urbanístico y la ejecución del Concilio Vaticano II, en el marco de una sociedad convulsionada tanto en lo físico (terremotos) como en lo social (huelgas y protestas). La tercera –“Nuestra misión es conducir a todos a Jesucristo”- se centra en la misión pastoral, biografía de algunos de sus colaboradores más cercanos, análisis del clero diocesano, los religiosos y las vocaciones, su preocupación por el Seminario. La cuarta –“enseñar a Jesucristo”- se refiere a su magisterio vinculado con la educación (Universidad Católica), prensa (diario católico “El Deber”). La quinta estudia la obra social y se titula “Porque el amor de Cristo nos apremia”; tiene en cuenta el poderoso movimiento laical generado en torno al Concilio Vaticano II y que en Arequipa tiene nombres propios: CIRCA y el P. Pozzo, Cáritas, Pastoral Carcelaria, Obra Social “López de Romaña”, Obra Social Pax Christi. La sexta cubre la interesante relación con la basílica catedral y el cabildo metropolitano, auspiciador de este libro y auténtico corazón del organismo litúrgico de la diócesis y de las devociones como las procesiones. Por último, la séptima etapa de la obra y de su vida, “en la serenidad del retiro” da cuenta de los últimos momentos de su vida, como un lento pero sereno atardecer.

Por la obra van desfilando numerosos acontecimientos de la pujante Ciudad Blanca de la que es natural y donde vive los años fundamentales el prelado franciscano de La Recoleta. Forjado en la provincia misionera de San Francisco Solano, accede al obispado con sólo 33 años, como obispo auxiliar en Lima, luego dos años en Huancayo, para recalar en su ciudad natal en 1946 hasta 1980, casi 34 años.

A pesar de que el autor de la obra nos advierte de lagunas documentales en los archivos, tanto Arequipa ciudad como la arquidiócesis cobran rostro con vida propia en su feliz pontificado en el que conjuga lo tradicional con lo nuevo. “Consiguió que el clero diocesano, institutos religiosos, grupos y movimientos laicos y la feligresía en su conjunto, desarrollando múltiples e ingeniosas modalidades de trabajo pastoral, diesen muestra del vigor del pueblo arequipeño” p.21. Como certeramente señala el actual arzobispo, Monseñor Javier del Río, en su presentación: “Las numerosas obras de apostolado y caridad que impulsó en nuestras tierras…son un permanente testimonio del amor y de la entrega con los que sirvió a nuestra Iglesia particular´” p.9