Biotecnología, prevención y vacuna: Las armas de Cuba para combatir el Covid-19, bajo bloqueo de Estados Unidos

Publicado el 16 septiembre 2020 por Santamambisa1

La llegada de la nueva pandemia de coronavirus a Cuba coincidió con la decisión de la administración Donald Trump de intensificar las medidas de bloqueo que Estados Unidos ha impuesto contra el país desde hace casi 60 años.

Entre otras medidas, Estados Unidos prohibió al menos 20 vuelos que llevaban suministros y equipos a Cuba, incluyendo máscaras protectoras, kit para probar el Covid-19, respiradores e insumos químicos necesarios para producir equipos. Ahora, a principios de septiembre, Trump ha anunciado la extensión de las medidas de bloqueo por un año más.

Para enfrentar situaciones de crisis como esta, en medio de la escasez provocada por el cerco que mantiene Estados Unidos desde la Revolución Cubana, el gobierno cubano adoptó una serie de medidas que incluyen la adopción de políticas de medicina preventiva, distancia social y desarrollo de drogas. y vacuna propia a través de sus centros de investigación y producción en el área de salud y biotecnología.

Los productos biofarmacéuticos como Heberon, Heberferon, Jusvinza e Itolizumab, entre otros, han contribuido a la reducción de pacientes críticos y críticos y a la reducción de la tasa de mortalidad (hasta 0,8 / 100.000), una tasa aproximadamente diez veces inferior a la media. en todo el mundo. Hoy Biocubafarma garantiza la producción de 22 fármacos para el tratamiento de Covid-19. Uno de ellos es el interferón alfa 2B humano recombinante que, junto con un grupo de fármacos, forma parte del protocolo de afrontamiento del Covid-19 y las complicaciones inflamatorias derivadas de la enfermedad.

El 11 de septiembre Cuba registró 4.593 diagnosticados de covid-19, de los cuales 3.844 ya se han recuperado, 641 están en tratamiento y 106 muertes, una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo (ocho muertes por millón de habitantes). Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta principios de septiembre, la tasa de mortalidad más alta era la del Perú, con 871 muertes por millón de habitantes.

Según Luís Herrera Martínez, asesor científico del presidente de BioCubaFarma, las políticas adoptadas por el gobierno cubano para enfrentar el nuevo coronavirus se basaron, entre otras cosas, en la valoración de que no estamos ante un hecho exclusivamente sanitario y sin consecuencias futuras para el mundo. todo, en diferentes dimensiones. Para resumir la naturaleza de estas medidas, cita un artículo publicado en la Revista Anais, Academia de Ciencias de Cuba, donde el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el profesor Jorge Nuñez Jover, presidente de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Sociedad, de la Universidad de La Habana, que contextualiza las decisiones tomadas por el gobierno cubano en el contexto de una economía mundial aún dominada por políticas neoliberales. En el artículo titulado “Gestión gubernamental y ciencia cubana ante el COVID-19”, argumentan que el nuevo coronavirus ha demostrado que este modelo neoliberal es totalmente incapaz de hacer frente a los múltiples desafíos que plantea una pandemia como la que ahora enfrenta el mundo.

Se preguntan: ¿por qué países con economías solventes y considerables capacidades científicas y tecnológicas han demostrado tantas dificultades para enfrentar la crisis? ¿Son los dogmas del neoliberalismo y sus políticas asociadas capaces de lidiar con los complejos procesos ambientales, de salud, económicos y de gobernanza global que enfrenta el mundo? Entre estos procesos, Díaz-Canel y Jorge Jover destacan algunas tendencias globales que solo se han acentuado. El mundo está experimentando una presión creciente sobre los límites planetarios de la vida. Esto aumenta la tasa y la escala de los problemas y desastres ambientales y sociales. Allí confluyen múltiples crisis: sanitaria, medioambiental, de desigualdad y exclusión social, entre otras. Cada país y región, y también a nivel mundial, debe aprender a lidiar con sistemas complejos (que implican no linealidad, irreversibilidad, fuertes interconexiones, emergencias inesperadas e incertidumbres) que requieren enfoques interdisciplinarios y requieren colaboración intersectorial, interinstitucional y también transnacional. Todo lo que Brasil no ha estado haciendo, vale la pena mencionarlo.

A juicio del gobierno cubano, la crisis actual no es solo sanitaria, sino también socioeconómica y humanitaria, y no puede abordarse con dogmas neoliberales como el estado mínimo, la privatización, la desregulación, la desnacionalización, la visión del mercado como panacea, la destrucción de los bienes comunes y el desmantelamiento de políticas. y el estado en su conjunto. Para Cuba hay varias pandemias en curso, que también incluyen pobreza y hambre: “La pandemia agrava un problema de un planeta marcado por profundas desigualdades, donde 600 millones de personas viven en extrema pobreza y donde casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios básicos de salud”, resume también el artículo, señalando los graves errores de las políticas neoliberales en los últimos años. cuatro meses que condujeron a una reducción de la capacidad de los Estados para gestionar y afrontar la crisis.

La llegada del coronavirus y el aumento del bloqueo estadounidense

El primer caso de Covid-19 se detectó en Cuba el 11 de marzo de 2020. Las primeras medidas, sin embargo, para enfrentar el nuevo coronavirus, comenzaron a tomarse a fines de enero, cuando el Consejo de Ministros aprobó un Plan de Prevención y control de coronavirus. El 3 de febrero se inició la primera etapa de capacitación para profesionales de la salud y servidores públicos de otras áreas del Estado en temas de bioseguridad. También en febrero se crearon el Grupo Científico para Afrontar el Covid-19, el Observatorio de Salud Covid-19 y el Comité de Innovación. El 28 de febrero se aprobaron los primeros cinco proyectos de investigación para covid-19. Al 1 de junio, ya había 460 encuestas en curso en el país.

Cuba enfrentó un desafío adicional para implementar estas medidas, agregó Luís Herrera Martínez. Meses antes del surgimiento de la pandemia del Covid-19, el país enfrentó un resurgimiento de la política de bloqueo económico, comercial y financiero implementada por Estados Unidos, dirigida a estrangular el comercio del país, el acceso a combustibles y monedas internacionales. La combinación de la intensificación del bloqueo y la pandemia del nuevo coronavirus representó una dura prueba para el sistema de salud y para la estructura científica cubana. “El trabajo de años dedicando recursos para desarrollar y fortalecer la salud y la ciencia ha sido puesto a prueba, y la evolución de la pandemia en Cuba en los últimos meses está demostrando cuánto puede impactar las políticas de inversión social para enfrentar los mayores e inesperados desafíos” , dice el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Cuba destina el 27,5% de su presupuesto a asistencia sanitaria y social

Incluso en medio del bloqueo promovido por Estados Unidos en las últimas seis décadas, Cuba ha desarrollado una política de salud pública universal y gratuita durante las últimas décadas. El país dedica el 27,5% de su presupuesto a gastar e invertir en salud y asistencia social. Uno de los instrumentos más importantes de esta política es el sistema de atención primaria de salud, cuya proximidad a las comunidades favorece el intercambio directo con la población, permitiendo una rápida respuesta ante eventos adversos como la pandemia del covid-19. Otra parte importante del sistema de salud cubano es la industria médico-farmacéutica, que en una situación de escasez de recursos combina ciencia avanzada e innovaciones creativas que le dan al país “un nivel razonable de soberanía tecnológica en el sector salud”.

Incluso con las dificultades de recursos que impone el bloqueo estadounidense, Cuba tampoco renuncia a la cooperación internacional y mantiene cerca de 28 mil profesionales de la salud en 59 países. Hoy, 34 brigadas médicas cubanas, integradas por más de 2.500 profesionales, trabajan en 26 países, a solicitud de sus gobiernos, para mitigar los impactos de la pandemia.

El gobierno cubano ha implementado una serie de acciones para atender la llegada del covid-19 a la isla. Entre ellos, se destacan: desarrollo de modelos matemáticos para el pronóstico, afrontamiento y evaluación de la progresión de la pandemia; sistema de geolocalización aplicado a la gestión epidemiológica; adopción de una escala de calificación para pacientes críticamente enfermos; estudio de biomarcadores de la gravedad de la enfermedad; elaboración de mapas de áreas de riesgo con identificación de grupos de riesgo que involucren a personas mayores de 60 años, a nivel nacional; producción de medios de protección para profesionales de la salud; desarrollo de prototipos de ventiladores de emergencia; desarrollo de una lámpara de descontaminación con luz ultravioleta; uso de técnicas de macrodatos para evaluar la movilidad de la población durante la pandemia; desarrollo de cinco vacunas candidatas cubanas; aplicación del anticuerpo monoclonal anti-CD6, el péptido CIGB258 y Heberferón en pacientes con Covid-19, entre otros.

Los productos biotecnológicos cubanos han prevenido considerablemente la muerte de pacientes críticos y enfermos críticos, logrando salvar alrededor del 80% de ellos, mientras que en el mundo mueren cerca del 80% de ellos, también dicen Miguel Díaz-Canel y Jorge Jover que destacan el aporte de la biotecnología cubana a la lucha. contra covid-19 con el anticuerpo monoclonal anti-CD6 y el péptido CIGB-258, desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.

Otro elemento de la política cubana para enfrentar la pandemia es la participación de la población en la implementación de las medidas adoptadas por el gobierno. En la valoración del representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Cuba, José Moyá, en el territorio cubano, la comunicación del gobierno con la población jugó un papel muy importante, por lo que todos se mantuvieron informados. sobre la evolución de la pandemia dentro y fuera del país. Moyá elogió las medidas adoptadas por Cuba desde el inicio de la pandemia, como el aislamiento de casos sospechosos y viajeros que regresan del exterior, además del cierre de escuelas y universidades. Además, destacó el desprendimiento social adoptado y la adherencia de la población al mismo como clave en la batalla para enfrentar el nuevo coronavirus.

El papel de la industria biofarmacéutica

El papel de la industria biofarmacéutica cubana es un capítulo aparte en el proceso de abordar la pandemia. Luis Herrera Martínez es uno de los autores del artículo “La industria biofarmacéutica cubana en la lucha contra la pandemia del Covid-19”, que sistematizó lo realizado hasta el momento. Esta industria garantizó el suministro de medicamentos según el protocolo establecido por el Ministerio de Salud Pública, según el cual varios productos en fase de desarrollo fueron reposicionados para su uso en covid-19. Así, se utilizaron biofarmacéuticos como Nasalferon, Biomodulin T y Hebertrans para prevenir la infección por virus en grupos de riesgo; Heberon y Heberferon se administraron como tratamientos antivirales, mientras que Jusvinza e Itolizumab se utilizaron para detener la reacción hiperinflamatoria. Estos productos, destaca Luis Herrera, contribuyeron a la reducción de pacientes críticos y críticos (en menos del 7%) y a la reducción de la tasa de mortalidad (a 0,8 / 100.000), una tasa aproximadamente diez veces menor que la media mundial.

Con 35 años de vida, la industria biofarmacéutica cubana tiene 35 años de vida. Fue creado por Fidel Castro, quien siempre vio al sector como estratégico para el país. Bajo el bloqueo estadounidense, Cuba desarrolló su propio modelo de ciencia e innovación, obteniendo resultados reconocidos por la comunidad internacional. En 1965 se crea el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), que reúne a científicos con la responsabilidad de crear otras instituciones, la mayoría de ellas relacionadas con la salud humana y animal. La década de 1980 vio un auge de la biotecnología en Cuba con la creación del Frente Biológico, el Centro de Investigaciones Biológicas en 1982, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en 1986, el Centro de Inmunoensayos en 1987 y otras instituciones. que constituyó, en 1992, el Polo Científico de La Habana, que pasó a albergar a más de 10 mil trabajadores.

En 2012, estas instituciones se fusionaron con empresas de la industria farmacéutica, dando lugar a la organización empresarial BioCubaFarma, que hoy alberga a 32 empresas, suministra más de 800 productos al sistema de salud, tiene 182 objetos de patente, realiza más de 100 pruebas con sus productos. ensayos clínicos simultáneos en 200 centros clínicos y exporta sus productos a más de 50 países.

La vacuna Soberana 01

El 24 de agosto, la vacuna Soberana 01 entró en ensayos clínicos en humanos, convirtiéndose en la primera en Latinoamérica en avanzar a esta segunda fase. La OMS tiene actualmente 167 posibles vacunas contra el Covid-19. Soberana 01 es uno de los 29 que la Organización Mundial de la Salud ha aprobado para ensayos clínicos. Seis de ellos se encuentran en la fase 3, que implica pruebas en humanos a gran escala. En América Latina se están desarrollando otras vacunas, pero la cubana es la única que ya avanzó a la fase dos. En esta etapa, la vacuna se probará en 676 personas, entre 19 y 80 años. Se espera que los resultados se publiquen el 1 de febrero de 2021.

Las autoridades médicas cubanas esperan completar todos los pasos de prueba para que la vacuna Sovereign 01 sea aprobada y esté disponible para los 11 millones de cubanos a partir de febrero de 2021. Además, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, planea poner la vacuna a disposición de otros países de la región también. De las once vacunas que componen el programa nacional de inmunización, Cuba produce ocho de ellas. Este programa tiene una cobertura superior al 98% y la vacunación es gratuita y universal.

Seis meses después de la confirmación de los primeros casos de Covid-19 en la isla, el gobierno cubano decidió prorrogar, hasta finales de septiembre, un conjunto de medidas restrictivas de circulación (de personas y vehículos) en La Habana debido a un aumento en el número de casos que comenzaron a manifestarse desde finales de julio. Según Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, las medidas son necesarias para contener el riesgo de que la epidemia se extienda por la ciudad y otras ciudades.

Por Redacción Razones de Cuba/Por Marco Weissheimer