Nos encontramos en un sistema bipartidista.
Un sistema que se puso en práctica en la época de la Restauración Borbónica (finales del siglo XIX y principios del XX).
Un sistema político que consistía en un la rotación de dos partidos, de manera pacífica.Así, había un partido liberal encabezado por Sagasta, y el partido conservador, liderado por Cánovas.
La realidad es que aunque uno fuese "liberal" y el otro "conservador", eran simplemente dos partidos iguales, con representaciones diferentes, que se turnaban el Gobierno.
Así, en momentos en los que se desgastaba el poder de uno, se convocaban elecciones y salía elegido el otro partido.
Además, para conseguir del pueblo los votos necesarios, necesitaban de los caciques, personas poderosas en las regiones rurales que manipulaban el voto de la gente mediante violencia, amenazas...
En la actualidad, podemos ver como aunque se supone que cualquier partido puede presentarse a las elecciones y tener opciones a ganar o, por lo menos, a conseguir algún escaño, la realidad es muy diferente a la teoría.
Así, tenemos dos partidos: PP y PSOE. Éstos se reparten el poder, según el desgaste que tenga el partido (Por ejemplo, Zapatero tuvo que adelantar las elecciones por un claro desgaste a causa de la crisis).
Por más que un partido diferente a los dos grandes partidos quiera crecer y prosperar en política, la realidad es que ni cuentan con la financiación con la que cuentan PP y PSOE (Ilegal, quizá), ni tienen los contactos que tienen éstos, ni tienen las mismas facilidades... Y lo que es peor: El sistema está hecho para que por más que quieran, no puedan prosperar. El Sistema de votos, por ejemplo, solo beneficia a los dos grandes partidos, perjudicando al resto.
Deberíamos ser conscientes de ésto, y no sólo eso, sino que deberíamos tener una democracia real. Una democracia en la que el voto de las personas sirva de algo. Donde no se engañe a la gente.
Una democracia de siglo XXI, y no una democracia obsoleta del siglo XIX.