Al igual que un ave fénix Iñárritu, Norton, y ante todo un soberbio Michael Keaton, renacen de sus cenizas para dar lo mejor de ellos mismos en una película rabiosamente original que arriesga en cuanto a estilo narrativo y que te atrapa con sus garras alzando el vuelo por encima de los tópicos para asombrarnos. Rodada enteramente en un único falso plano descubrimos las dificultades de un actor venido a menos en su búsqueda de la relevancia y la realización personal mediante una trama llena de diálogos enérgicos, claroscuros emocionales e incertidumbre argumental, apta para todo tipo de mentes, pero que no dejará de rondar en tu cabeza incluso horas después de verla.
Mi puntuación: 8/10
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