He visto Birdman, me ha gustado y la recomiendo.
¿Es una buena película?
Sí, es una buena película con un buen guión destrozada, en la última parte, por un maravilloso ejemplo de lo que tantas y tantas veces he criticado: la originalidad mal entendida es peligrosísima.
¿De qué va Birdman?
Es una película sobre actores, sobre teatro, sobre actuar. Sobre la megalomanía, el protagonismo, el vértigo que le produce a cualquier actor caer en el olvido, asomarse a la realidad de un trabajo que te puede llevar a la cumbre y luego dejarte caer sin red. Un trabajo en el que hoy tocas el cielo y mañana simplemente no existes, porque eso es lo que ocurre con los actores. Dejan de existir.
¿Es un tema original? No. Para nada. En 1950, Billy Wilder en la maravillosa y terrorífica "El crepúsculo de los dioses" contaba exactamente lo mismo. El delirio de una diva del cine mudo que es barrida de la vida del espectáculo por la llegada del sonoro e intenta sobreponerse, trepar otra vez hasta el lugar que considera suyo, fabricándose una película a su medida.
Eso es Birdman. ¿Es una copia? No. Tampoco es una adaptación. El delirio actoral, los entresijos de la vida tras el escenario, las relaciones personales de los artistas, entre ellos y con su entorno familiar, han sido tema de innumerables películas, unas mejores y otras peores. Y Birdman es una de las buenas... que podría haber sido perfecta.
¿Qué me ha gustado de Birdman?
Emma Stone. Todos en pie. Aplaudamos. Esa chica es una actriz como la copa de un pino aunque esté un poquito consumida por su metabolismo y pronto no tenga suficiente músculo facial para sostener esos ojos que literalmente se salen de la pantalla. Se come a cualquier otro que actúe con ella. Además, en cierto momento lleva un ramo de lilas en la mano, lilas. Adoro las lilas.
Edward Norton. Sé que Norton tiene su público, fans entregadas que le encuentran atractivo y maravilloso. En esta película está espectacular. Es otro que en sus escenas se come a Keaton, mientras que las que tiene con Emma Stone son de enmarcar. Su papel es además fabuloso y tiene las mejores frases de toda la película; con mucha diferencia. Te ríes y piensas con él. Y además dice una cosa maravillosa "You´re anything but invisible", un piropo espectacular.
Los calzoncillos. Keaton y Norton salen en calzoncillos. Mucho rato. En calzoncillos ridículos, feos, horteras y que les sientan de angustia. ¡Si! Por fin realismo en las películas, tíos con calzoncillos de "regla", de "me pongo estos porque no me va a ver nadie".
El guión. No todo es frivolidad en mi recomendación de Birdman. Como he dicho antes, la historia es buena y hay partes del guión realmente brillantes. Keaton está espectacular en algunas escenas, particularmente en las que asistimos a su derrumbe, a su yo más cotidiano y real. Las conversaciones con su exmujer ponen los pelos de punta. Como ya he dicho, Norton, Stone y algunos otros actores están fabulosos, y los diálogos son magníficos.
La sensación que te produce. Birdman es una película para listos. Está llena de guiños que dicen "Eh, pilla esto moderno-cultureta del día" y claro, te alegras cuando pillas el guiño o sabes quien es Raymond Carver. Te sientes listo... y eso mola.
¿Cual es el problema? La originalidad mal entendida en la que suele caer una y otra vez González Iñárritu. Coge una buena historia, se mira al espejo y dice "voy a hacerlo de manera original".
Y la caga. Las peores partes de Birdman, aquellas en las que te encuentras completamente fuera de la historia, exactamente igual que le pasa a Keaton cuando se queda atrapado fuera del teatro, son aquellas en las que Iñárritu ha decidido ser original.
Como esta es una crítica positiva de la película, vamos a darle las gracias al mexicano por enseñarnos lo que no hay que hacer en una película.
Si has decidido darle una (completamente innecesaria) supuesta trascendencia conceptual a tu película, utilizándola para contar cómo las nuevas tecnologías y el arte se están cargando la interpretación actoral y las buenas historias, no es necesario ser tan endemoniadamente obvio y meter efectos especiales, superhéroes y gente volando. Los espectadores son mucho más listos que eso y sabrán captarlo en el guión.
Si quieres mostrar en pantalla el delirio de un actor, su sufrimiento vital, su agonía al sentirse un fraude y al mismo tiempo su inmenso ego confía un poco en el guión y en tu actor. No montes numeritos. Aprende de Wilder. Aprende de los clásicos, de la ambientación y la tensión narrativa.
Y por favor, antes de empezar a rodar una película... tienes que saber cómo acabarla.
En resumen, "una cosa es una cosa, no lo que se diga de ella" y Birdman es una película sobre actores, sobre el teatro; aunque Iñárritu la disfrace de muñeco diabólico y la destroce.
Me ha gustado Birdman pero abofetearía a Iñárritu hasta quitarle la tontería que trae originalmente de fábrica.
Y quiero lilas. PS: A Blanco Humano no le ha gustado nada y la despelleja en su blog. Se admiten sugerencias para próximas críticas/recomendaciones.